El vicepresidente Julio Cobos volvió ayer a provocar la ira de la conducción del bloque oficialista del Senado, al romper el cerco que el kirchnerismo intentó imponerle para limitar su participación en el debate de las retenciones móviles en su paso por la Cámara alta.

En una movida muy parecida a las que solía hacer Daniel Scioli cuando ocupaba el mismo sitial, Cobos se apuró a concertar una entrevista con los presidentes de las entidades agrarias media hora antes de que se presentaran antes las comisiones de Presupuesto y Hacienda y de Agricultura.

"Fue una reunión protocolar en la que el vicepresidente nos explicó cómo iba a ser el cronograma de trabajo en el Senado", afirmó Eduardo Buzzi, presidente de Federación Agraria, en diálogo con LA NACION. La misma versión dio del encuentro Mario Llambías, titular de Confederaciones Rurales Argentinas.

Desde la presidencia del Senado se deslizó que Cobos les habría advertido a los ruralistas que deberían "acatar lo que decida el Congreso".

La versión no fue confirmada por los dirigentes de las entidades rurales, quienes afirmaron que el vicepresidente no planteó definición alguna sobre la media sanción de la Cámara de Diputados al proyecto de retenciones móviles impulsado por la Casa Rosada.

"Fue un ni", graficó Buzzi ante la consulta de este diario.

La reunión se celebró en el Salón Gris de la presidencia del Senado, y además de Buzzi y Llambías asistieron el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Luciano Miguens, y Ulises Forte, uno de los vicepresidentes de la Federación Agraria.

La jugada de Cobos generó molestia en el bloque oficialista. Sobre todo porque el vicepresidente se aseguró de que su encuentro, que duró poco menos de media hora, fuera fotografiado y captado por las cámaras de televisión de los medios de comunicación, que fueron oportunamente invitados "a tomar imágenes".

"A este tipo sólo le interesa aparecer en la televisión y en los diarios", fue la queja que dejó oír un encumbrado senador kirchnerista, molesto con la nueva movida de Cobos.

La irrupción de Cobos en el esquema que el oficialismo había armado para dejarlo fuera del debate de las retenciones en el Senado no hizo más que sumar enojos hacia su persona en el kirchnerismo, que no se cansa de reprocharle en público su alto perfil, sobre todo su permanente intención de marcar distancia de la posición intransigente de la Casa Rosada en su pulseada con el campo por las retenciones móviles.

El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, llegó a acusarlo de perjudicar al Poder Ejecutivo con su estrategia. Por su parte, el presidente de la bancada oficialista del Senado, Miguel Pichetto (Río Negro), le advirtió que como vicepresidente "no vota ni delibera", en declaraciones formuladas a LA NACION.