Las carcajadas en el auditorio de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) todavía resuenan. Una treintena de ruralistas rió sonoramente cuando el diputado Agustín Rossi, presidente del bloque del Frente para la Victoria, afirmó que Cristina Kirchner fue la presidente que más hizo por el campo. Los dirigentes decidieron seguir allí el tratamiento del proyecto y no ir al Congreso para evitar toparse con los militantes que el kirchnerismo movilizó a los palcos del recinto.
Sin descuidar sus teléfonos celulares, con los que estuvieron en permanente contacto con legisladores de todos los partidos, los presidentes de las principales entidades del campo dijeron que la ampliación de los reintegros para pequeños productores que a último momento hizo la mayoría oficialista no alcanza. "Se queda a mitad de camino", dijo Eduardo Buzzi, presidente de la Federación Agraria, la entidad más mencionada en el discurso de Rossi.
Los dos hombres, tan descendientes de italianos como rosarinos, se encontraron por la tarde. En esa reunión, el diputado oficialista le había adelantado al ruralista los cambios que el Gobierno estaba dispuesto a introducir. Allí se volvió a hablar de la curva de alícuotas que el campo insiste en que se modifique para que permita el funcionamiento de los mercados de futuros que ofrecen una herramienta de financiamiento para los pequeños productores al establecer valores promedio para el canje de granos. "Además, siguen hablando de reintegros para la soja, y está bien porque se está afectando tremendamente a los pequeños productores. Pero no dicen nada del maíz y el trigo, que dicen que son los cultivos que quieren estimular. Me cansé de decirles esto a los diputados del Frente para la Victoria", dijo Buzzi.
No obstante reconoció algo a Rossi: "En comparación con las negociaciones que tuvimos con [el jefe de Gabinete Alberto] Fernández, en las que no se podía modificar nada, han ido cediendo". Para Llambías, las últimas modificaciones al proyecto "no solucionan" el tema de la curva que, según él, no deja que funcionen los mercados de futuro. "Pero parece que al Gobierno no le interesa que funcionen", añadió.
Al cierre de esta edición, cuando los dirigentes ruralistas ya se retiraban a sus casas o habitaciones de hotel para seguir el debate por televisión, el campo analizaba dos escenarios posibles. Uno, que fuera aprobado el dictamen de la mayoría, con la ratificación en general de la ya famosa resolución 125 -que introdujo las retenciones móviles- y posteriores modificaciones en el tratamiento en particular. "Eso es lo que habrían arreglado a la mañana con algunos radicales K y kirchneristas disidentes", dijo un alto dirigente del campo.
La otra posibilidad que el agro no descartaba era que el Gobierno perdiera la votación o la ganara por uno o dos votos, lo que lo pondría en una situación de debilidad política. Los líderes de Federación Agraria, CRA y Sociedad Rural mostraban anoche signos evidentes de cansancio y también de frustración. "Estoy harto de hablar con gente que no conozco", dijo uno de los principales operadores gremiales del ruralismo, que ya comenzó a reunirse con senadores oficialistas previendo el tratamiento en esa cámara. Paralelamente, también se analiza la vía judicial.
Por José Crettaz
De la Redacción de LA NACION


