No hubo portazos, como predecía el Gobierno, ni puños de hierro sobre la mesa, como alertaron los visitantes. Nicola Stock, presidente del Comité Global de Bonistas de la Argentina (GCAB, según sus siglas en inglés), el más grande de todos los grupos de acreedores, dijo que el encuentro de ayer fue "el comienzo de una buena colaboración".

El GCAB, que dice agrupar a acreedores japoneses, alemanes, norteamericanos e italianos con títulos por US$ 37.000 millones, se reunió ayer al mediodía por primera vez, y durante más de dos horas, con el secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, para tratar el espinoso tema de la reestructuración de la deuda.

Lejos de lo que se presumía, por el negativo ambiente previo que se había creado tras algunos comentarios de Stock sobre la oferta argentina y por el encono del equipo económico hacia la asociación -a quien debió recibir por pedido del FMI-, las partes calificaron "constructivo" el encuentro.

De este modo, el comité global aceptó negociar con el Gobierno después de haber advertido el martes último que si no había avances intentaría boicotear el acuerdo comercial Mercosur-Unión Europea y las negociaciones con el FMI, donde un sector lo escucha y apoya.

Muy lejos de esa dura posición, en un comunicado que se distribuyó a la prensa en Roma, el comité expresó su conformidad por el viaje al país "porque nos ha llevado a un encuentro positivo".

Del documento, de apenas tres párrafos, se desprende un sorpresivo giro positivo en la actitud de Stock. Allí expresa su satisfacción por el resultado de la reunión y considera que "la negociación debería llevar a una reestructuración que resulte sostenible y justa, tanto para la Argentina como para los ahorristas".

Según dijo a LA NACION una fuente del Ministerio de Economía, dentro de dos semanas se iniciará una ronda de discusión técnica con el GCAB, pero también con el resto de los grupos de bonistas. "El trabajo será con todas las asociaciones que aceptaron la invitación que les hicimos, no sólo habrá reuniones con ellos", dijo otra fuente que descartó de raíz que el abogado italiano haya recibido el trato preferencial que tanto le exigió al país.

Las reuniones serán encaradas por el comité de bancos (Barclays, Merrill Lynch y UBS) que asiste al país en el proceso de reestructuración de la deuda por US$ 83.000 millones y que por estas horas define el menú de bonos, que se presentará a fines de mayo o inicios de junio.

Reunión extensa

Según contó una de las fuentes que estuvieron en la reunión, durante la primera media hora reinó un clima tenso, que con el correr de los minutos logró distenderse, aunque nunca alcanzó a ser un diálogo ameno y cordial como el que sí hubo con el alemán Stefan Engelsberger, que representa a IG-Argentinien.

"¿Por qué sacó un comunicado tan afable? Porque fue una reunión constructiva, aunque muy tensa. La Argentina no le ofreció nada raro ni nada en particular. Se le contó lo mismo que se le dijo al resto de los acreedores. No busque nada raro", señaló una de las fuentes, que se negó a dar detalles de lo conversado.

En el encuentro, Nielsen bosquejó a grandes rasgos cómo se aplicaría el bono atado al crecimiento y la intención del Gobierno de que la indexación se calcule sobre el capital y no sobre el interés de los bonos, como se diseñó originalmente.

Stock repitió lo que ya dijo hasta el cansancio: que sus ahorristas tienden a recuperar el 100% de lo invertido, con plazos largos y rebajas de intereses. Y de paso le recordó a sus interlocutores que ya suman 18.000 millones de dólares los intereses impagos.

El visitante le dijo a Nielsen que no llegaba con una propuesta, pues nadie de Economía se la había requerido y expresó un rosario de dudas que el funcionario intentó despejarle. Una de ellas fue el nivel de superávit que el país puede alcanzar en los próximos años. Además de Stock estuvieron en el salón de Cuadros del quinto piso los miembros del GCAB, Hans Hume, y Adam Lerrick y dos representantes japoneses. Con Nielsen estuvieron el secretario de Coordinación, Leonardo Madcur; el subsecretario de Financiamiento, Sebastián Palla, y un representante de los bancos.

En tanto, Lavagna viajará el martes a EE.UU. y Nielsen lo hará un día después para participar de la asamblea de primavera del FMI.

Por María Giselle Castro - De la Redacción de LA NACION