Los países del Mercosur ven con beneplácito el pedido de México para
integrarse al bloque como "socio pleno", pero para ello deberán cumplirse una
serie de pautas, dijo ayer en Buenos Aires el secretario de Relaciones
Económicas Internacionales, Martín Redrado.
Mientras, el periódico brasileño "O Estado de Sao Paulo" consideró en su
edición de ayer que la silenciosa reacción de Brasil a la anunciada disposición
de México de incorporarse como miembro pleno del Mercosur refleja el
escepticismo de los diplomáticos de Brasilia frente a esa posibilidad.
En una conferencia de prensa que brindó junto al canciller de México, Luis
Ernesto Derbez, Redrado afirmó: "Están dadas todas las posibilidades para que
México pueda acceder al Mercosur. Pero el bloque tiene una hoja de ruta que hay
que cumplir".
Por su parte, Derbez señaló que no está "discutiendo un tratado de libre
comercio con el Mercosur, sino la integración en el plano total".
El canciller mexicano señaló que la petición para ingresar al Mercosur no se
contrapone con las negociaciones que lleva adelante México de cara a su
integración al Area de Libre Comercio de las Américas (Alca).
Los funcionarios coincidieron en afirmar que aún no hay una fecha precisa en
la que podría concretarse el ingreso de México al bloque sudamericano, pero
dijeron que el próximo paso formal tendrá lugar cuando el presidente mexicano,
Vicente Fox, concurra a la Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur que se
realizará en Buenos Aires en julio.
En tanto, un diplomático brasileño sostuvo que "México nunca se enredó en
compromisos de unión aduanera" y que "no sería probable que el gobierno mexicano
cambiara de directriz". El escepticismo se debe a que durante su visita el
martes pasado a Brasilia, Derbez no mencionó la posibilidad de adhesión plena al
Mercosur.
El comunicado conjunto divulgado al final del encuentro de Derbez con su
homólogo brasileño Celso Amorim se limitaba a anunciar el inicio de
negociaciones con miras a ampliar el acuerdo bilateral de preferencias
arancelarias firmado en 2002 para incluir al sector de servicios.
Para justificar su escepticismo en torno a la posibilidad de ingreso de
México como socio pleno del bloque, diplomáticos brasileños mencionan el ejemplo
de Chile, que llegó a negociar su adhesión al Mercosur en 2000, pero más tarde
desistió. El proyecto se reveló inviable porque, para incorporarse al bloque,
Chile tendría que asumir el llamado "patrimonio histórico" del Mercosur, un
conjunto de cientos de normas, acuerdos y protocolos firmados por los cuatro
países miembros del bloque.
Entre estos, está el Protocolo de Ouro Preto de 1994, que define al Mercosur como una unión aduanera, lo que significa que sus socios deben abandonar los sistemas arancelarios nacionales y adoptar el Arancel Externo Común (AEC). "Para México, que firmó acuerdos de libre comercio más profundos con Estados Unidos y Canadá (el Nafta), con la UE y más de 30 países, esa incorporación es considerada como imposible", sostiene el rotativo.


