Sólo en el primer trimestre del año, los plazos fijos del sector privado cayeron 1.170 millones de pesos. Sin embargo, esto no significa que la gente sacara el dinero de los bancos. Por el contrario, el total de dinero en las entidades creció en 2.100 millones, pero el grueso colocó el dinero en cuentas a la vista, cajas de ahorro y cuentas corrientes.

El dato podría ser apenas un cambio en el portafolio de inversiones. Sin embargo, esta caída en los plazos de colocación de fondos abre interrogantes sobre el futuro del sistema financiero para brindar financiamiento a mediano y largo plazo y, en definitiva, sobre su propio futuro.

El dato lo tomó el Centro de Estudios Bonaerenses (CEB) y realizó una "medición" de la calidad de los depósitos dividiendo el total de esas operaciones por los colocados a más de 59 días de plazo. Así, cuanto mayor sea el resultado, mayor será la "calidad" del conjunto, pues hay más fondos colocados a plazos por enci ma de los 59 días.

Según el trabajo del CEB, el promedio para el período 1996-2001 fue de 28,46, muy por encima de la cifra actual (ver infografía) que en el mejor escenario (con los cedros incorporados en el calculo) llega al 19,2 y que baja al 16,1 en el caso de los depósitos totalmente "nuevos". Hay que destacar, de todas maneras, que la "calidad" podría estar influenciada a la suba porque ya no se permiten realizar plazos fijos a menos de 30 días.

Para el centro de estudios, hay tres causas básicas que explican este comportamiento, poco habitual, de los ahorristas:

* Tasas de interés muy bajas en términos históricos.

* Expectativas de inflación

* El impuesto al cheque.

Más allá de las razones, la caída en la calidad puede tener consecuencias sobre la propia actividad de los bancos. Hoy, la liquidez excedente del sistema financiero ronda los 10.000 millones de pesos y quizás por esto que la gente no realice un plazo fijo (que tiene un costo) no parece preocupar mucho a los banqueros.

Pero los depósitos a mediano y largo plazo son la base —ya que no se puede pensar en líneas de crédito del exterior, como en los 90— para regenerar un circuito eficiente de crédito, el verdadero negocio de los bancos.

Es cierto que los depósitos de los particulares —tradicionalmente de "corto"— no parecen ser el mejor fondeo para créditos productivos. Pero son, al menos por ahora, el único posible.