Dos economistas le pusieron pimienta ayer a la reunión plenaria de las
comisiones de Presupuesto y Agricultura, con exposiciones críticas y francamente
contrarias a la política de retenciones móviles. Los escucharon 49 senadores, un
número más que elocuente: pese al feriado, hubo más presencia que en algunas de
las sesiones en el recinto.
Fueron Javier González Fraga y Alieto Guadagni, paradójicamente ex funcionarios
de gobiernos peronistas, quienes criticaron con dureza la política económica.
Dijeron que las retenciones "desincentivan" la producción, que hay que suspender
la resolución 125, que está agotado el esquema de subsidios y retenciones, y que
"para redistribuir, primero hay que producir, porque no se redistribuye lo que
no se tiene".
También hubo un cruce verbal con el jefe de bloque oficialista, Miguel Pichetto,
quien estuvo por primera vez en el salón y recibió respuestas contundentes por
parte de los invitados:
"Las retenciones actúan como reguladoras de los precios internos", argumentó
Pichetto.
"¿Reguladoras para quién? --retó Guadagni--. Si usted tiene precios baratos para
todos, sólo beneficia a los más ricos. Hay que hacer como Brasil, que tiene
políticas focalizadas para las clases bajas."
También habían hablado de que se debe subsidiar la demanda, no la oferta. Por
ejemplo, entregando tarjetas para que la gente compre en el supermercado.
Todo sucedió bajo la mirada divertida de los opositores, que después extendieron
las preguntas a los dos economistas. El tercer invitado a ese panel fue el
periodista de Clarín Héctor Huergo.
Por la mañana, Daniel Sabsay afirmó que el proyecto es inconstitucional y su
colega Felipe González Arzac señaló lo contrario. También se opusieron a las
retenciones Belisario Alvarez Toledo (AACREA) y Mario Marincovich, de la Bolsa
de Cereales.
El último turno fue para dos intelectuales que apoyan al Gobierno: Ricardo
Forster y Alejandro Roffman. Argumentaron que las retenciones son para
redistribuir la renta extraordinaria, que se discute "el problema del hambre" en
el país y que los medios de comunicación presentaron el problema de modo
parcializado. Lo calificó como "ficción mediática".


