El panorama apocalíptico de desabastecimiento que plantearon en las primeras horas de la tarde de ayer distintas entidades de empresas proveedoras de alimentos quedó disipado en pocas horas, cuando llegó la noticia del levantamiento de los cortes de ruta en el interior. Hacia la noche, el alerta cambió por un mejor augurio: a mediados de la semana próxima la libre circulación de camiones será visible en las góndolas de los súper.

Aunque la normalización tardará algunos días más en los puntos de las provincias que se vieron más afectadas por la escasez de productos -tanto alimenticios como combustibles-, casi todos los representantes de entidades estimaron que para el miércoles próximo la oferta se acercará a la que había antes del conflicto del Gobierno con el campo.

Miguel Calvete, el presidente de Casrech, una de las cámaras que agrupan a los supermercadistas chinos, celebró la liberación de las rutas: "Creíamos que para el lunes o martes la situación iba a ser crítica, pero la regularización en lácteos, carnes y otros productos llegará en los próximos tres o cuatro días", dijo a LA NACION.

En la Asociación de Supermercados Unidos (ASU) también se mostraron optimistas. "A mediados de la semana que viene seguramente será normal el abastecimiento en la Capital, Gran Buenos Aires y en un radio de 200 kilómetros, pero en el interior quizás se demore una semana", dijo a LA NACION Juan Carlos Vasco Martínez, presidente de la entidad. Sin embargo, el dirigente condicionó la provisión de productos al estado actual de las industrias proveedoras y a la existencia de combustible para la distribución. Tal es el caso de los aceites y las harinas, que, según calcula, volverán más lentamente.

"Este domingo nos quedamos sin asado, pero el lunes ya habrá carne", aclaró, tras explicar que el proceso desde que los animales entran en Liniers no puede ser menor a dos días. Así lo ratificaron en la Cámara de la Industria Frigorífica.

Los cálculos de la Federación de Industrias de Productos Alimenticios cayeron en el mismo día del almanaque: el miércoles. Eso, con una salvedad: "Depende de la reactivación o normalización de la producción y de su distribución; ambos se irán concatenando para llegar a una situación de alivio", dijo a LA NACION Daniel Funes de Rioja, presidente de la entidad.

El representante de la Federación Argentina de la Industria Molinera, Alberto España, dijo a Télam que "hay una normalización paulatina" en el suministro de la materia prima para la fabricación del pan. Pero la buena señal que surgió de boca de España, tardará en llegar a las panaderías.

El presidente de la Federación Argentina de la Industria Panaderil, Rubén Salvio, señaló ayer que "aún si se levantan los cortes, se tardará 20 días en volver a regularizar la oferta". Salvio precisó que de 10 panaderías, cuatro están cerradas. En la filial de Buenos Aires confían en que subirá el suministro.

En la cámara de operadores mayoristas frutihortícolas del mercado central afirmaron: "No hay faltantes de frutas ni verduras de ningún tipo".

Mientras en la Capital los faltantes se atenúan de a poco, en el interior siguen escaseando productos como harinas, aceites, lácteos, carne y arroz. En Santiago del Estero y Formosa, el kilo de pan llegó a 7 pesos. Pero los combustibles son el peor faltante en Chaco, Salta, Formosa y Mar del Plata. En Mendoza hay estaciones que llevan una semana cerradas.

Por Luján Scarpinelli
De la Redacción de LA NACION