Un clima de optimismo y de jornada triunfal. La residencia de Olivos tuvo ayer su mejor momento en la crisis rural. Cristina Kirchner y Néstor Kirchner definieron a solas en el chalet presidencial las líneas del discurso posterior de la Presidenta en la Plaza de Mayo y comenzaron a definir, en línea telefónica con la Casa Rosada, la estrategia parlamentaria para ratificar en breve la suba de retenciones dentro de quince días.
"En Diputados seguramente tendremos el número necesario", le comentó el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, a la Presidenta, por teléfono desde Balcarce 50. Ex diputada y ex senadora, Cristina Kirchner conoce los vericuetos parlamentarios.
También participó Néstor Kirchner del comienzo del trabajo de disciplinamiento de todos los diputados del bloque del Frente para la Victoria (FV). Fernández se reunía a esa hora con las autoridades del Congreso y de los bloques legislativos.
Según pudo saber LA NACION, Kirchner contará casi con la unanimidad de los diputados del FV. El debate comenzará el lunes próximo y duraría diez días.
Sólo los cordobeses y ciertos santafecinos o entrerrianos podrían votar en contra, estimó Kirchner.
En cuanto al discurso, Cristina Kirchner y Néstor Kirchner lo definieron con el secretario legal y técnico, Carlos Zannini, que estaba en la Casa Rosada, y con Rudy Ulloa Igor, empresario y compañero permanente de Kirchner.
En otros salones de Olivos estaban los secretarios privados del matrimonio, Fabián Gutiérrez y Daniel Alvarez.
Los Kirchner visualizan un escenario triunfal y por ello el discurso debía
contener estos conceptos:
Convocar al campo a resolver los problemas restantes de la política
agropecuaria dentro del enunciado Pacto del Bicentenario.
Invitarlos a constituir un partido político de oposición y englobarlos en una
misma bolsa con otros partidos, pero subrayar que la oposición no gobierna.
"Interfieren en la construcción democrática", aseguró la Presidenta luego.
Exhortarlos a que se respete la Constitución nacional: "En nombre de la
Constitución, liberen las rutas", dijo ayer.
En la Casa Rosada, Fernández presidió una reunión con Zannini, los presidentes de ambas cámaras, Eduardo Fellner (Diputados) y José Pampuro (titular provisional del Senado), y los jefes de los bloques, Agustín Rossi, de Diputados, y Miguel Angel Pichetto (Senado).
Debate en comisión
Se acordó allí que el lunes próximo comenzará el debate en las comisiones de Diputados -de Presupuesto y de Agricultura- de la ley que ratificará la resolución 125 que dispuso las retenciones móviles. Pero se hará en medio de la discusión de otros proyectos vinculados con el campo: leche, carne, trigo, arrendamientos y créditos. El plan es diluir el impacto de la ratificación.
El martes o miércoles, el proyecto tendría dictamen de comisión y una semana después se podrá debatir y aprobar en el recinto.
Se analizó allí la presión que ejercerá el sector agropecuario sobre los legisladores del FV de las provincias más afectadas: Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Buenos Aires, La Pampa, Tucumán, Salta, Santiago del Estero y Chaco. "Espero que no presionen en nuestras casas, sino que vayan a las comisiones en el Congreso. Que no se metan con nuestras familias", dijo uno de los legisladores.
Recordaron, incluso, que Rossi sufrió días atrás un "escrache" de productores de la Sociedad Rural de Rosario, en su propio domicilio.
Desde Olivos llegó el argumento para contrarrestar esos posibles ataques. "Señores, esto es una democracia. Y acá existen distintas miradas", dijo Kirchner en la intimidad.
En el Gobierno existe la sensación de que ya casi se superó el conflicto rural, porque se instaló un esquema de diálogo desde el Parlamento nacional.
Más satisfacción existe porque las retenciones serán avaladas por una ley del Congreso, lo que le dará un marco institucional y democrático, y porque el costo político será compartido: no sólo lo pagará la Casa Rosada sino que Kirchner se asociará al bloque del FV.
"Si el campo se opone a la ratificación, que saldrá sin modificaciones, se estarán oponiendo a una decisión democrática", se dijo en Olivos.
Por Mariano Obarrio
De la Redacción de LA NACION


