El campo decidió extender hasta mañana a medianoche el cuarto paro del sector contra la política agropecuaria oficial. El duro discurso de la presidenta Cristina Kirchner, que incluyó alusiones personales a los dirigentes del agro, a los que volvió a acusar de "desestabilizadores", y la intención del Gobierno de aprobar a libro cerrado las retenciones móviles en el Congreso fueron los argumentos esgrimidos esta vez por la Comisión de Enlace de Entidades Agropecuarias.

Los ruralistas también anunciaron que dedicarán el fin de semana a entrevistarse con los legisladores nacionales para "interiorizarlos" de las posiciones del sector. Y que el lunes le pedirán nuevamente una audiencia a la Presidenta para abordar el resto de los reclamos: el precio de la leche cruda, las exportaciones de trigo y maíz, la crisis de la ganadería y los problemas de las economías regionales.

Ayer, los máximos referentes del agro se reunieron durante más de cinco horas, vieron el acto del oficialismo en la Plaza de Mayo y consultaron con sus representados en el interior. En todo momento estuvieron al tanto del creciente malestar de chacareros y transportistas autoconvocados que reactivaron ayer cientos de cortes de ruta en el interior, sobre todo en las provincias de Santa Fe, Chaco, Córdoba y Entre Ríos.

El paro consistirá en el cese de comercialización de granos con destino a exportación y los ruralistas enfatizaron que "no están incluidos la hacienda, leche, frutas y demás productos perecederos ni las cargas generales". Según afirmó uno de los ruralistas que participaron de la reunión de ayer, "los autoconvocados que corten las rutas que se hagan cargo, nosotros no estamos llamando a ese tipo de acciones".

Desde el lunes, se abrirá "un proceso de estado de asambleario a los efectos de mantener informados a los productores", según explicó el presidente de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, el encargado de hacer el anuncio de la extensión del paro. "Valoramos el gesto democrático de la Presidenta de llevar al Parlamento el tema de las retenciones, pero no estamos de acuerdo con el proyecto tal como se envió. Solicitamos que se abra para que se puedan incorporar modificaciones dentro del debate que se dé en el propio Congreso", dijo Buzzi. Según el líder rosarino, las reuniones con los legisladores serán "visitas fraternales" y negó que se trate de intimidaciones.

Del encuentro, que se realizó en el predio que la Sociedad Rural tiene en Palermo, no participaron el presidente de la Rural, Luciano Miguens, que viajó a Estados Unidos por razones familiares (la graduación de un hijo); ni el de Coninagro, Fernando Gioino. Ambos fueron representados por sus vicepresidentes, Hugo Luis Biolcati y Carlos Garetto, respectivamente.

Para Mario Llambías, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), "si el proyecto enviado al Congreso se aprueba como está será un retroceso muy grande para la producción agropecuaria, será el acta de defunción definitiva de los mercados a término y algo peor, tendríamos muy claro que el Gobierno no sólo no quiere debatir con el campo sino que tampoco quiere hacerlo en el Congreso, donde el debate es con el pueblo".

A los ruralistas les cayó especialmente mal el discurso de la Presidenta, que acusó a los cuatro presidentes de "arrogarse el derecho de dejar pasar o no" y de desabastecer. Pero, sobre todo, la referencia de la mandataria a la legitimidad de los dirigentes del sector. "Le informamos a la Presidenta que somos el resultado de procesos democráticos internos, nos eligen productores en instancias orgánicas. Y tampoco somos ninguna opción electoral. Nuestros asociados tienen distintas posiciones, hay justicialistas, socialistas, comunistas, del ARI, liberales e intervencionistas, pero todos somos parte de una pluralidad", dijo Buzzi, que le pidió "respeto" a la mandataria.

Injurias y calumnias

De hecho, las cuatro entidades evalúan iniciar una querella por injurias y calumnias al Partido Justicialista por el spot televisivo mediante el cual se convocó a la movilización oficialista de ayer. Allí aparecían las fotos de los cuatro presidentes de las entidades del agro a quienes se los responsabilizaba de causar desabastecimiento.

La situación del transporte de granos era anoche muy conflictiva. Los transportistas de cereales, que en su mayoría no responden a las entidades empresariales, mantenían cientos de cortes de rutas.

"A 100 días del conflicto, ¿qué les decís a esas 160.000 familias que tienen un grave problema? Por favor, que haya diálogo, que los productores empiecen a vender para que se pueda cargar y empezar a trabajar. ¿Qué quieren, que el transporte se enoje y se arme una batahola?", dijo a LA NACION Rubén Agugliaro, presidente de la Confederación Argentina del Transporte Automotor de Cargas (Catac).

"Los transportistas autoconvocados son un grupo de voluntades detrás de un problema común y no hay forma de exhortarlos para que acaten, no tienen representantes ni voceros", reconoció Vicente Bouvier, presidente de la Federación Argentina del Transporte Automotor de Pasajeros (Fatac).

Por José Crettaz
De la Redacción de LA NACION