El crédito volvió a crecer, aunque por ahora el repunte se produjo en las líneas para consumo, que no requieren una garantía real, como una casa o un auto. Entre el 15 de marzo y el 14 de abril, el stock de préstamos en pesos al sector privado aumentó en $ 683 millones, de los cuales $ 310 millones fueron pedidos para consumo, vía préstamos personales o como financiación con tarjetas de crédito.
Así, estas dos líneas crediticias se consolidaron como las que más crecieron en los últimos meses y lo hicieron de manera sostenida. Según los datos del Banco Central, el 15 de marzo los adelantos a titulares de tarjetas de crédito sumaban $ 2.183 millones, mientras que el 14 de abril esa cifra ascendía a $ 2.378 millones, con lo que aumentaron $ 195 millones en sólo un mes.
En tanto, los créditos personales pasaron de $ 2.556 millones a $ 2.673 en ese mismo lapso, con lo que se incrementaron en $ 117 millones y mostraron ser una de las líneas con mayor demanda en el mercado.
También crecieron los créditos prendarios (para comprar autos), aunque lo hicieron en un volumen mucho menor: apenas $ 19 millones más en el mes que va del 15 de marzo al 14 de abril. Sin embargo, el dato es importante porque recién este año este tipo de préstamos comenzó a crecer, cuando algunos consumidores se animaron a adquirir un bien durable como un auto.
El aumento de la demanda de los préstamos para el consumo obedeció a la fuerte ofensiva que en los últimos meses lanzaron los bancos para volver a prestar dinero, su principal negocio. Para ésto, bajaron las tasas de interés de todas sus líneas de préstamos y salieron al mercado a difundir sus productos, como no lo hacían desde fines del 2001.
Sin embargo, pese a que lograron que se recuperara la demanda de créditos personales, con tarjetas y hasta prendarios, los bancos no consiguieron todavía que la gente se anime a tomar créditos hipotecarios, un producto que no crece y hasta disminuye por la cantidad de gente que decide cancelar sus hipotecas.
Precisamente para reforzar su presencia en ese segmento, el Banco Río lanzó las hipotecas con tasa fija a 10 años, un producto que desapareció con la devaluación y que recién ahora regresa al mercado. Lo que ofrece el Río es un préstamo hipotecario a 120 meses con una tasa fija de 12,95%, un valor cercano al que regía en la convertibilidad.
Los créditos hipotecarios volvieron al mercado en el 2003, cuando el Banco Nación salió al mercado con una tasa del 18% anual. Hoy, son varias las entidades que dan préstamos para comprar o ampliar la casa y las tasas arrancan en el 8% anual, que es lo que cobra el Banco Ciudad para hipotecas a 10 años y tasa variable.
Sin embargo, el stock de créditos hipotecarios sigue cayendo: el 15 de marzo estaba en $ 9.043 millones y el 14 de abril, $ 8.994. Esto revela que se temen tomar compromisos de largo plazo.


