La medida, solicitada por las entidades de la producción y la industria frigorífica, apunta a garantizar la imagen de la Argentina como un proveedor confiable de carnes.
El uso de anabólicos —que se utilizan como promotores de crecimiento— no era muy difundido en el país. Pero implicaba un riesgo para los embarques de carne vacuna y aviar, ya que la Unión Europea y otros compradores, como Japón, rechazan de plano esos medicamentos. Su principal defensor, en cambio, es Estados Unidos, que enfrenta una larga batalla por este tema contra Europa en la OMC.


