Durante los 90, desde el Primer Mundo llegaba un discurso unificado: debe
privilegiarse al sector privado a la hora de los servicios públicos. Siguiendo
esa línea, Argentina privatizó luz, agua, gas, trenes, teléfonos y rutas.
Ahora, los especialistas de los organismos multilaterales dicen que con las
empresas no alcanza. "El Estado debe invertir en obras de infraestructura",
destacó Danny Leipziger, director del Banco Mundial para el área de
Infraestructura en América latina. Cuando se le plantea que ese mismo Estado
está quebrado, no duda: "Debe recaudar más impuestos", señala.
Leipziger comanda un equipo de más de 100 personas en el Mundial, dedicadas a
la asesoría sobre Infraestructura. Está en Buenos Aires para participar de una
conferencia sobre servicios públicos. Y en el piso 28 de Plaza Roma, donde tiene
sus oficinas porteñas el Mundial, recibió a Clarín. "En los 90 —dijo— había
una visión de que el sector privado podría hacer mucho más de lo que en
realidad fue posible. En energía y telecomunicaciones, los privados avanzaron
mucho. Menos, en agua y transporte. Y casi nada en saneamiento."
—El FMI, el BID y el Banco Mundial apoyaban años atrás la privatización de
todas las empresas de servicios públicos. ¿Cambió el modelo?
—No. Pero es una realidad que el sector público no puede dejar este tema al
sector privado: los gobiernos tienen que gastar más en infraestructura.
—¿Cuánto más América latina y cuánto más Argentina?
—Hoy, la región invierte en infraestructura un 1% del PBI y debería llegar al
3%. No soy un especialista en Argentina, pero probablemente esté invirtiendo
menos del promedio regional, a causa de la recesión y el shock de la
devaluación.
—En la Argentina los servicios públicos son privados. Y si, por caso, hoy hay
crisis energética en el país, el Gobierno dice que es porque las empresas
privadas son las que no invirtieron...
—Es obvio que ahora la situación no puede ser de equilibrio, pero el Gobierno
tiene en marcha un proceso de renegociación que busca restablecer ese equilibrio
y que el sector privado pueda invertir. Ahora, con las diferencias entre sector
privado y Gobierno, no hay atmósfera para invertir. Pero es una situación
transitoria.
—El sector privado invierte sólo en lo que es rentable...
—En áreas en las cuales las inversiones no son rentables, como saneamiento o
agua potable para sectores pobres, el Gobierno tiene que dar subsidios.
—La palabra subsidio fue pecado durante muchos años...
—Yo, personalmente, no tengo esa religión. Se pueden usar subsidios de una
buena manera. En muchos países de Europa se usan. Hay buenos subsidios y malos
subsidios. No tenemos ningún problema con los subsidios bien focalizados.
—Usted reclama más inversión estatal. Pero en la mayor parte de América
latina el Fisco no tiene recursos. ¿Cómo pueden financiar esas obras?
—Cuando los países recaudan 15 por ciento del PBI en impuestos (como en
América latina), es una cosa. Cuando recaudan 22% (como muchos europeos), es
otra.
—¿Deberían subir los impuestos?
—No necesariamente. También hay que tener en cuenta que muchos países de América latina no recaudan eficientemente los impuestos que ya tienen.


