Hay diferencias, pero sin peleas. De este modo el Ministerio de Economía y el Banco Central definen su actual relación frente al bajo precio del dólar y la futura creación del ente que coordinará a varios organismos financieros desde el Palacio de Hacienda.

El equipo económico que conduce el ministro Roberto Lavagna, se sabe, está preocupado por la reducción del precio de la divisa norteamericana, porque cree que favorece las pretensiones de los acreedores, le resta competitividad a la economía y, sobre todo, porque responde a cuestiones más estructurales que estacionales, según reconoció a LA NACION una alta fuente de la cartera. "Hay que ponerle un piso al dólar", comentó el funcionario, con un tono que combinaba resignación y preocupación.

El equipo económico reconoce que en esta tendencia influyen cuestiones objetivas -el precio de los productos primarios, entre otras- y las presiones del sistema financiero para que el país aumente la capacidad de pago de su deuda.

A partir de este panorama, Economía considera que la conducción del Central "debería sostener el dólar con un cierto manejo de la oferta monetaria. Pero ellos piensan lo mismo. No hay disidencias en este tema", aclaró la calificada fuente del equipo económico. Más aún, agregó el funcionario, "nunca antes existió el nivel de colaboración que hay actualmente entre Economía y el Central".

Sin embargo, la entidad que conduce Alfonso Prat-Gay sigue focalizada en el cuidado del programa monetario y no piensa apartarse de su camino para alterar el rumbo del dólar. "Tenemos un programa monetario que se cumplió en los últimos 10 meses con un margen mayor al que todo el mundo cree", indicó a LA NACION una alta fuente del Central.

Según el BCRA, si Economía pretende reforzar el dólar "está en todo su derecho de utilizar los recursos del Tesoro para intervenir" en el mercado cambiario. Ese, aclaró la fuente de la entidad autónoma, es el único camino aceptable.

-¿No habrá otras medidas ante la preocupación de Economía por la supuesta pasividad del BCRA?

-No nos consta esa preocupación. Más aún, algunos funcionarios de Economía creen que tenemos una política monetaria muy laxa.

-Los analistas creen que el mercado ya les tomó el pulso a las intervenciones que efectúan a diario

-Son los mismos analistas que decían hasta hace unas pocas semanas que no cumplíamos con el programa monetario -replicó, tajante, la fuente del BCRA.

El principal objetivo del Central es cuidar que no se produzca una suba demasiado brusca en los precios.

El informe de inflación de enero del BCRA brinda un diagnóstico claro en este sentido -que será confirmado en el reporte del 21 de este mes-, al indicar que la política monetaria busca "permitir que el ajuste de precios relativos pendiente tome lugar en forma ordenada". Salarios y tarifas figuran entre las principales asignaturas pendientes en este sentido. Por esta razón, el Central insiste en que el único marco de credibilidad para controlar adecuadamente este fenómeno es la progresiva implementación del programa de metas de inflación. "Ya hay herramientas para instrumentarlo", aclaró la fuente.

Sin superente

El otro posible frente de tormenta que el sistema financiero preveía entre Economía y el BCRA era el ente promovido por el Palacio de Hacienda para coordinar políticas entre la Comisión Nacional de Valores y las superintendencias de Entidades Financieras, ART, Seguros y AFJP, aunque hasta ahora no hubo discusiones. El Fondo Monetario pidió, según Economía, "un ente que unifique a estos organismos", pero el Central duda de la existencia de este reclamo.

A su vez, Economía desconfía de algunos técnicos de la superintendencia que controla los bancos. "Están colonizados por el CEMA", disparó una fuente cercana a Lavagna, en referencia al centro de estudios macroeconómicos de tinte liberal. En el Central se desentienden de estas acusaciones y festejan porque el proyecto de decreto del ente "salió muy lavado", es decir, sin poder real para el equipo de Lavagna.

Por Martín Kanenguiser - De la Redacción de LA NACION