Muchas veces se nos ha planteado que el problema de la carne eran las exportaciones, ya que éstas impulsaban el precio en el mercado interno hacia arriba y que se enviaba la carne de mejor calidad hacia el exterior, quedando sólo el desecho para los argentinos.

Las repuestas a estas suposiciones, sumadas al desarrollo de la ganadería en los últimos tres años, están reflejadas en este trabajo.
A priori, se puede apreciar con claridad que el resultado de las intervenciones del Gobierno fue una menor producción de carne, pérdida de divisas -tanto por un menor ingreso de dinero proveniente de las exportaciones como por un desembolso para engordar novillos livianos y, sobre todo, una fuerte presencia de la hembra en la faena (pasamos del 43% en 2005 al 47,5% en 2008), lo que hace peligrar la futura producción de carne para el país.

Cuantificaremos esa incidencia

Del análisis realizado surgen las siguientes conclusiones: a partir de 2006, en la Argentina se desalentaron las exportaciones de carne -cierre, cuotificación, implementación del ROE rojo- y se alentó el engorde a corral, lo que trajo como consecuencia un aumento en la producción de novillos livianos (300 kilogramos peso vivo), en desmedro de un animal pesado (500 kilogramos peso vivo).

En definitiva:

1. La Argentina perdió US$ 487 millones en 2007 por no exportar.
2. En concepto de compensaciones, en 2007 se gastaron $ 101 millones; y en lo que va de 2008, $ 550 millones.
3. Nos costó a todos los argentinos hacer un animal liviano un valor de $ 1.705; es decir, un 90% de su valor comercial (900 $/animal).
4. Se faenaron en 2007 1,5 millón más de animales que en 2006, fenómeno que se concretó con una peligrosa participación de las hembras (47,5%) en el total, sobre todo de terneras y vaquillonas. De lo que surge que no tendremos la suficiente cantidad de hembras para reponer en 2009.
Esta menor reposición trae como consecuencia una menor producción de terneros a partir de 2010; por lo tanto, una menor cantidad de animales para engordar en 2011, con la consecuente caída en la producción de carne. Algunos estudios sostienen que de continuar con estas políticas, a partir de 2011 la Argentina podría importar carne.

Respuestas a los interrogantes de la ganadería argentina

1) ¿Es incompatible la exportación con el consumo interno?
No, todo lo contrario. La exportación incentiva a hacer un novillo pesado; sólo se exporta el 25% del animal y queda el resto para el mercado interno. Si comparamos la carne que produce uno y otro animal, nos daremos cuenta de que además de exportar 75 kg, nos deja más carne para el mercado interno.

CUADRO 1

2) Pero, ¿queda en el mercado interno la carne de menor calidad y a un mayor valor?
No, ya que sólo se exporta la carne del cuarto trasero -con excepción de la nalga de adentro-, que produce esos 75 kilogramos, y quedaría la mejor carne para los argentinos -los otros 225 kilogramos-, que es la que casualmente más consumimos (asado, matambre, vacío, nalga para milanesas, etc.)
En cuanto al precio, no sólo significaría un importante ingreso de divisas (375 US$/animal), lo que compensaría a lo que queda en el mercado interno (cuadro 2) a un valor muy bajo.
Esto produciría que al productor le paguen un precio alentador por sus novillos -de 4,50 $/kg, hoy no alcanza a los 3,5 $/kg- que lo incentivaría a producir más carne y, al mismo tiempo, el consumidor debería pagar un precio muy bajo por la carne, ya que el carnicero debería pagar 4,50 $/kg.

CUADRO 2

3) Ante esta alternativa, ¿qué hizo el país?
Todo lo contrario de lo que debía: desalentó las exportaciones con el cierre temporario, con cuotificaciones, implementación del ROE rojo, etc.; y, por otro lado, incentivó el engorde del animal liviano al pagar compensaciones a quienes engordaban en corrales (el feed lots es un sistema de engorde rápido, por el que en 4 o 5 meses se obtienen animales gordos con 300 kilos, contra los 18 meses que se necesitan para hacer un novillo de exportación pesado).
Esto trajo como consecuencia que aproximadamente 1,3 millón de novillos que iban a ser pesados (cuadro 3) fueran a engorde a corral, saliendo antes -se adelantó el engorde en prácticamente un año-, lo que se refleja en una mayor cantidad de novillitos y terneros en la faena correspondiente a 2006 y 2007.
Si tenemos siempre el mismo destete (14 millones, de los cuales 7 millones son machos, es decir, la misma oferta para engorde) y hay una mayor faena interanual de terneros y novillitos, es porque se adelanta el engorde (cambio de categoría en la faena: pasamos de faenar novillo pesado -lo que se notará al año siguiente- a faenar más terneros y novillitos).

CUADRO 3

4) ¿Qué consecuencias trajo este adelantamiento en el engorde?
Significó una menor producción de carne (cuadro 4) al pasar a faenar un animal de 300 kilos contra uno de 500 kilos.

CUADRO 4

5) ¿Esta menor exportación significó una pérdida en el ingreso de divisas al país?
Por cada animal que se exporta ingresan al país US$ 375 (cuadro 2), de manera que al dejar de exportar 1,3 millón de animales pesados, no ingresaron al país US$ 487 millones en exportaciones (cuadro 5).

CUADRO 5

6) ¿Cuánto le costó al país adelantar el engorde de esos animales para faenarlos un año antes?
Para engordar esos animales a corral, a los argentinos nos costó $ 110 millones en concepto de pago de compensaciones en 2007, y en lo que va del 2008 se pagaron $ 550 millones. Por día se paga, por animal encerrado a corral, la diferencia entre el precio FOB oficial del maíz y soja con el precio de la ONCCA para los engordes a corral, dando un valor promedio por animal en lo que va de 2008 de $ 265,90 (cuadro 6).

CUADRO 6

7) Entonces, ¿cuánto nos cuesta, en definitiva, haber pasado a producir novillos livianos en vez de pesados?
Si sumamos lo que dejamos de percibir como ingreso de divisas por exportación, por animal (cuadro 7), más los 45 kg menos por animal producidos para el mercado interno, más lo que nos costó engordar el animal liviano, los argentinos perdimos por animal que pasamos de categoría -de pesado a liviano- $ 1.705.

CUADRO 7

 ¿Cómo obtenemos las 156.000 toneladas de carne que se dejaron de producir?
Lo hicimos faenando 1,5 millón más de animales (cuadro 8).

CUADRO 8

9) ¿De dónde salió esa mayor cantidad de animales para faena?
Como la producción de terneros siempre es la misma, tuvimos que echar mano a las vaquillonas y terneras para cubrir el faltante (cuadro 9), por lo que se faenaron 1.077.548 vaquillonas y terneras más en 2007 que en 2006.
El resto se refleja en una clara disminución del stock ganadero (aproximadamente 500 mil cabezas).

CUADRO 9

10) ¿La mayor faena de terneras y vaquillonas acarreará problemas en el futuro?
Indudablemente, la mayor faena de vaquillonas y terneras no nos permitirá reponer las vacas de rechazo -viejas, enfermas o vacías- que tenemos anualmente a partir de 2009, ya que la ternera y vaquillona para que esté lista para quedar preñada (entore) necesita 24 meses, por lo que los resultados de esta matanza se verán a partir del año que viene.
La cantidad de vacas en la Argentina es de 22 millones; si debemos reponer un 20% -vacas de rechazo-, el total a reponer por año debería ser de 4,4 millones de cabezas.
Si el destete en el país es de 14 millones de terneros, de los cuales 7 millones son hembras -50%- y necesitamos retener 4,4 millones, nos queda un saldo 2,6 animales para faena. Si faenamos 4,4 millones (cuadro 10), el faltante para reponer en 2009 -se necesitan 24 meses para que una vaquillona pueda ser entorada- será de 1,772 millón de vaquillonas.

CUADRO 10