Por Roberto Seifert
De la Redacción de LA NACION

La crisis financiera norteamericana se expande por el mundo y ayer impactó de lleno en las materias primas, al provocar el derrumbe de las cotizaciones de los granos y del petróleo.

Por el miedo al mercado financiero mucho dinero de los fondos agrícolas escapó a refugios más seguros, como los bonos del Tesoro de los Estados Unidos, al tiempo que provocó incertidumbre en los inversores del crudo.

En Chicago, la soja y el maíz llegaron a sus máximas bajas permitidas, informó a LA NACION Ricardo Baccarin, de Panagrícola. El contrato de la oleaginosa para noviembre (que es la que tiene más liquidez) bajó 20,21 dólares por tonelada (4,66 por ciento) y cerró 413. "Perdió prácticamente el 50% desde principios de julio, cuando llegó a los 611 dólares", señaló el analista.

El maíz para diciembre bajó 11,71 dólares por tonelada (5,29%) y su ajuste fue de 209,54 dólares. "Hace dos meses y medio valía 300 dólares, quiere decir que perdió en ese lapso casi un tercio de su valor", comentó Baccarin.

En tanto el trigo para diciembre bajó 13,60 dólares (5,09 por ciento), al cerrar en 267,13 dólares, también una de sus cotizaciones más pobres.

En el mercado local las bajas estuvieron en línea con lo que ocurrió en Chicago, con el agravante de un escenario climático incierto, provocado por una dura sequía.

Así, la soja para mayo del año próximo quedó en 259,50 dólares por tonelada, con una baja de 9,40 dólares; el maíz para abril cerró en 143, con una merma de 5,80 dólares, y el trigo enero quedó en 178,10, con una pérdida de 4,70 dólares (más información en la página 7 de la sección Economía).

Respecto de las perspectivas, Baccarin señaló que hasta que no se resuelva la crisis financiera "no se van a mirar los elementos propios del mercado de granos, como la oferta y la demanda, el comportamiento de China, la India, la producción brasileña y argentina... En este momento todos observan lo que ocurre en el mundo y más precisamente en los Estados Unidos".

Según el analista, la crisis llegó en momentos de apreciación del dólar. "Cuando la moneda norteamericana se debilitó tiempo atrás, hubo mayor demanda de materias primas y por ende una suba de los precios. Ahora ocurre lo contrario. En julio el dólar contra el euro estaba en 1,54 y ahora está en 1,41", explicó Baccarin.

Según el analista, las únicas materias primas privilegiadas que están un poco al margen de la crisis financiera son los metales preciosos, un resguardo de las inversiones.
El escenario

A todo esto, la caída del petróleo no escapa del contexto de la crisis. Ayer, el WTI quedó en 91,15 dólares, con una caída de 4,56 dólares.

Incluso en la apertura de las negociaciones a término llegó a estar en 90,51 dólares, su precio más bajo desde el 8 de febrero pasado, consignó la agencia de noticias AP.

El derrumbe refleja también la preocupación de los inversores sobre el efecto que tendrá sobre la economía mundial la crisis financiera.

Desde el 11 de julio, cuando alcanzó un precio sin precedente de 147 dólares el barril, el petróleo ha caído unos 55 dólares (el 37 por ciento), señala el despacho datado en Nueva York.

A medida que crece la incertidumbre en Wall Street, aumentan las evidencias de que los consumidores y empresas estadounidenses se preparan para un freno económico prolongado, el cual derivaría en más medidas para ahorrar energía.
Mala señal

Como coletazo de la crisis, ayer se supo que compradores de China y de países de Medio Oriente declararon en default compras de aceite de palma malayo por más de 100.000 toneladas. En ambos casos, eran ventas para ejecución en el corto plazo y se esperaba que se embarcara el producto antes de fin de mes. El aceite de palma compite con el aceite de soja.

"Se trata de una práctica habitual por parte de los compradores chinos y se da en situaciones en las que se realizaron compras cuando los precios se ubicaban en niveles muy elevados y luego éstos caen, como ahora. De esta manera se renegocian contratos a la fuerza y se logra bajar los precios de compra", dijo Juan Nava, analista de granos de Agropuerto.

Este tipo de maniobras, agregó Nava, potencia la tendencia bajista en la que se sustenta. "Al cancelar negocios por estar vigentes precios mucho más bajos que a los cuales se cerró la operación se logra que los precios bajen aún más, porque se dan señales de debilidad en la demanda o de excesos de oferta. También se genera una mayor incertidumbre en el mercado", completó Nava.