Por Mariana Verón
De la Redacción de LA NACION

La presidenta Cristina Kirchner reaccionó ayer frente a la fuerte crisis financiera internacional con una dura acusación. "El Primer Mundo que nos habían pintado como la meca a la que debíamos llegar se derrumba como una burbuja", lanzó, y consideró que ante el panorama externo la Argentina está "firme", a pesar de la negativa reacción de los mercados locales.

La jefa del Estado optó en dos oportunidades por descargar sus cuestionamientos al mundo. Primero, lo hizo al mediodía, en un acto en La Plata con su marido y ex presidente, Néstor Kirchner, a su lado. Por la tarde, en el Ministerio de Economía, reforzó el concepto y atacó directamente a los "loros internacionales y de cabotaje", tal como los llamó, que "siempre pronostican caos y cataclismos". "Estamos aquí, humildemente paraditos, frente a otros grandes países", agregó, y en un tono por demás coloquial, pidió "avivarse para no ser unos giles".

Con dureza, la Presidenta cuestionó a los analistas externos. "Se la pasan hablando siempre del riesgo de nosotros y nadie habló del riesgo del Lehman Brothers ni del Merrill Lynch [ambos bancos quebrados], y hoy vemos cómo se derrumban", apuntó, aunque aclaró que la situación "no" era "para alegrarse".

Pero a pesar de las declaraciones públicas de la Presidenta para llevar tranquilidad al mercado local, en el interior del Gobierno siguen de cerca la crisis no sin preocupación, según supo LA NACION de fuentes oficiales. "Se está monitoreando todo el escenario permanentemente", sostuvo un funcionario.

Por el momento, en la Casa Rosada no tienen previsto ningún plan de emergencia. Eso sí, analizan una y otra vez la situación, en especial, el posible escenario para el país ante una fuerte caída del precio de las commodities . Es ése, según altas fuentes oficiales, "el principal riesgo para la economía argentina".
Mirada sobre China y la India

En los despachos oficiales consideran que la reciente caída de precios de las materias primas sólo impactaría negativamente sobre la recaudación en caso de sostenerse y profundizarse por un plazo prolongado.

De esa manera, la Casa Rosada presta especial atención a lo que pueda suceder en China y la India, los principales mercados para las commodities nacionales.

Ayer, la Presidenta buscó llevar calma con el anuncio de lo que para su gobierno son los pilares del modelo económico. "Nuestro superávit comercial, el mayor de toda nuestra historia, que es de 2244,9 millones de pesos, habla de la solidez de nuestras cuentas, de la solidez también de nuestro aparato productivo", señaló Cristina Kirchner.

Además, en el Gobierno destacan que a pesar del pago de la deuda con el Club de París, que deberá hacerse en el corto plazo con reservas del Banco Central, éstas quedarán por encima de los 40.000 millones de dólares. "Es una cantidad adecuada para hacer frente a posibles turbulencias", sostuvo una fuente oficial.

Más allá del optimismo, Cristina Kirchner se concentró ayer en cuestionar a los analistas internacionales, tal como lo hizo hace unas semanas contra España, por un informe del Banco Central de ese país que había calificado a la economía argentina como de "riesgo elevado".