SALADILLO.- Bajo un cielo limpio y soleado que en nada recordaba a la nevada de un año antes, con banderas argentinas, pancartas de diferentes movimientos sociales y chicas repartiendo escarapelas entre la multitud, Saladillo fue ayer testigo de una asamblea en la que productores de varias provincias se adhirieron a las medidas propuestas por la Comisión de Enlace: expresar su descontento, mantenerse a la vera de las rutas y marchar el martes próximo hacia el Congreso.

Los hombres del campo se proponen pisar fuerte en la Capital Federal: como se informa por separado, quieren movilizar no menos de 300.000 personas; marcharán hacia la Plaza del Congreso y permanecerán ahí hasta el día siguiente, para seguir desde cerca el debate parlamentario.

Unas 2000 personas llegaron al predio de la Sociedad Rural de Saladillo; entre ellas, productores rurales del interior bonaerense y de diversos distritos de las provincias de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos. Participaron el vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Ricardo Buryaile, y el presidente de Carbap, Pedro Apaolaza.

También estuvieron seis diputados de la oposición (Francisco de Narváez, Héctor "Toti" Flores, Fernanda Reyes, Esteban Bullrich, Francisco Ferro y Juan Carlos Morán), el rabino Sergio Bergman y representantes de varios movimientos sociales, entre ellos Raúl Castells, titular del Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados (MIJD).

La asamblea tuvo el llamativo efecto de reunir en la lista de oradores, e incluso fundir en un abrazo, a Castells y De Narváez, dos figuras ubicadas en las antípodas del espectro ideológico. Ambos estuvieron allí en apoyo del reclamo rural y un productor los alentó a abrazarse.

Castells fue el más aplaudido de los oradores en la asamblea de ayer. "No sean temerosos, vayan a Buenos Aires a hacer valer sus derechos", instó el dirigente piquetero. "La gente de Buenos Aires está a favor de la gente del campo. Si hubiera habido una gran movilización el viernes pasado, el campo ganaba en Diputados", opinó.

Sin embargo, Buryaile no estuvo de acuerdo con esas declaraciones. "Es opinar con el diario del día siguiente; las entidades asumimos el compromiso de trabajar sin ningún tipo de confrontación", dijo a LA NACION. Pero rescató el papel de Castells y subrayó que su apoyo "demuestra que la reivindicación del campo no es contra el pueblo y que el reclamo excedió lo sectorial para pasar a ser un reclamo social".

En Saladillo, ayer, todos calculaban posibilidades. No solamente pensaban en la cantidad de senadores que votarán a favor y en contra el proyecto oficial, sino también en el panorama que se abre para el día siguiente del debate legislativo.

Muchos productores destacaron el escaso margen por el que el oficialismo logró aprobar el proyecto de reforma en Diputados y hablaron de un "desgaste" del Gobierno en ese intento, más allá del resultado final. Otro fenómeno del que los ruralistas debieron dar cuenta es la cantidad de productores autoconvocados, y que en buena parte sostuvieron las protestas en todo el país. La posibilidad de que encuentren cabida en una nueva entidad volvió a ser motivo de opiniones encontradas.

Por Sebastián Lalaurette
Enviado especial