La saturación social por la falta de soluciones en el conflicto entre el Gobierno y el campo, que lleva ya 98 días y produjo desabastecimiento de alimentos y combustibles en todo el país, desembocó anoche en uno de los cacerolazos nacionales más resonantes contra el poder político desde aquellos de diciembre de 2001.

Tras una convocatoria lanzada por correo electrónico y mensajes de texto, desde las 20 de ayer se produjeron reacciones masivas en las principales ciudades argentinas, que indicaron que la tensión entre el agro y la Casa Rosada había alcanzado su pico de tensión.

En la Capital Federal, la puerta de la quinta presidencial, en Olivos, y el centro de Córdoba, Santa Fe, Viedma, Santiago del Estero, Bariloche, La Plata, San Juan, Resistencia, Santa Rosa, Mar del Plata, Bahía Blanca y Mendoza, por citar algunos ejemplos, miles de personas salieron a las calles con cacerolas en señal de protesta contra el Gobierno.

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el ex presidente Néstor Kirchner y el núcleo más duro del oficialismo -llamativamente, sin Alberto Fernández- debatían sobre la madrugada, en Olivos, los próximos pasos del Gobierno. La ausencia del jefe de Gabinete relanzó las versiones sobre una profunda fractura en el seno del poder nacional.

Al mismo tiempo, se agravó la relación con el vicepresidente Julio Cobos y el radicalismo K, que anoche se mostraba "en estado de alerta" y "proclive a la ruptura" de la Concertación. Cobos había llamado al diálogo y había dicho que la solución del conflicto debía surgir del Congreso.

Los principales gobernadores y dirigentes del peronismo responsabilizaron al piquetero kirchnerista Luis D Elía por la reacción social. A primera hora de la tarde, D Elía había acusado al campo y al ex presidente Eduardo Duhalde de liderar "una conspiración" contra la Presidenta. También señaló a Duhalde como autor intelectual de un golpe contra Fernando de la Rúa, en 2001, y dijo que "parte del aparato peronista" operaba contra el Gobierno. Fuentes del Partido Justicialista admitieron a LA NACION que cuanto dijo D Elía había sido conversado antes con Kirchner.

Muchos gobernadores y legisladores se sintieron ofendidos por las acusaciones, ya que fueron funcionarios de Duhalde cuando éste accedió a la presidencia. También entendieron que D Elía atacaba al peronismo.

Pedido de gobernadores

Y reaccionaron. Así, ante la reiterada convocatoria de D Elía al acto de mañana, en la Plaza de Mayo, gobernadores e intendentes peronistas admitieron que hoy, cuando se encuentren con el matrimonio Kirchner en un homenaje en la plaza Colón, detrás de la Casa Rosada, le solicitarán que levante el acto en la Plaza de Mayo. No quieren compartir un escenario con el dirigente piquetero, que anoche -al igual que el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno- apareció nuevamente con sus seguidores en la Plaza de Mayo.

Los gobernadores Mario das Neves (Chubut), Daniel Scioli (Buenos Aires), Celso Jaque (Mendoza) y Oscar Jorge (La Pampa) mantuvieron ayer constantes conversaciones entre ellos y con el jefe de la CGT, Hugo Moyano. También José Luis Gioja (San Juan) mostró su distanciamiento con D Elía.

Los intendentes Julio Pereyra (Florencio Varela) y Hugo Curto (Tres de Febrero) visitaron a Kirchner en Olivos y le confiaron que no estaban dispuestos "a marchar detrás de D Elía". Curiosamente, Pereyra y Curto habían sido dos de los principales impulsores del acto en la Plaza de Mayo.

La CGT dispuso el cese de actividades para mañana, para que los trabajadores pudieran concurrir a la Plaza, pero gobernadores e intendentes coincidieron en que un error en los próximos pasos del Gobierno podría resultar grave y sugirieron plantear a Kirchner que evite realizar el acto.

Das Neves, de paso, desempolvó su reclamo para que renuncie Alberto Fernández y dijo: "Estamos llegando a un límite muy peligroso". La exteriorización del agrietamiento en el oficialismo, un elemento impensado hasta hace tres meses y medio, complica cada vez más a la Casa Rosada.

"La próxima movida [de la Presidenta] es clave. Si se toma una mala decisión se espiraliza todo mucho más. Hay que tener cuidado. Más que el acto del miércoles [por mañana] importa lo que pase el martes [por hoy]", opinó anoche un gobernador oficialista.

Varios de los mandatarios provinciales y locales mostraron confianza en la reacción de la Presidenta. "Ella va a saber leer la situación. La gente no le pide que se vaya, sino que arregle este quil...", exhortó un jefe provincial.

Al cierre de esta edición, no había un solo cable de los cacerolazos entre los despachos de la agencia oficial de noticias, Télam.

Protesta ante la quinta de Olivos

En Olivos, numerosas personas rodearon anoche la quinta presidencial a pie y en automóviles para manifestar su repudio a la política oficial en el conflicto con el campo. A partir de las 20.15, cientos de personas con cacerolas y conductores a los bocinazos rodearon la quinta y expresaron ruidosamente su descontento. Hubo algunos empujones, pero no aparecieron las "fuerzas de choque" del Gobierno, como ocurrió el sábado pasado. Entre los manifestantes estuvo el vicepresidente de la Sociedad Rural, Hugo Biolcatti, que dijo ser vecino de Olivos. "Me tenía que acercar a saludar porque esto es muy emocionante", destacó.