El buen ritmo con que se venía desarrollando la cosecha de soja en distintas regiones de la Argentina comenzó a verse amenazado por un paro de unos 15.000 camioneros de Santa Fe, por piquetes de transportistas en el sur de Córdoba y por la escasez de cosechadoras para levantar la producción en otras zonas, como el sudeste bonaerense. A pesar de que la semana pasada se llegó a un acuerdo para subir de 40 a 52,75 pesos por tonelada la tarifa para los viajes de 450 kilómetros, según una tabla de valores sugerida mediante decreto por el gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, un grupo de camioneros apostados sobre las rutas cercanas a las localidades de Corral de Bustos, Arias y Río Cuarto, y que no responden a ninguna de las entidades provinciales de transportistas, decidió continuar su protesta en reclamo de la aplicación del precio "lleno" (58 pesos) sugerido en el decreto de De la Sota.
En el acuerdo que lograron sellar la semana anterior la industria aceitera
local, los acopiadores, las cooperativas y los transportistas, después de
medidas de fuerza que afectaron al norte de la provincia con concentraciones de
camiones en Jesús María y Río Primero, se había establecido que a la tabla de
valores de referencias se le haría un descuento del 10% para los viajes hasta
los puertos ubicados sobre el Río Paraná.
Sin rentabilidad
En Santa Fe, con la protesta de los 15.000 camioneros se comenzó ayer a
observar una disminución del transporte de soja hacia los puertos de embarques
situados entre Puerto San Martín y General Lagos, donde se concentra el complejo
de fábricas que procesa el 70% de la oleaginosa que produce la Argentina. Según
informó la Bolsa de Comercio de Rosario, ayer ingresaron en los puertos y
fábricas del Gran Rosario 2313 camiones, un 37% de la cantidad de vehículos que
lo hizo el martes pasado.
Pocas máquinas
Además de los trastornos por el paro de camiones en Santa Fe y en
determinadas localidades del sur de Córdoba, en el sudeste bonaerense, una
región donde la siembra de soja registró un fuerte crecimiento en esta campaña,
la falta de cosechadoras amenaza la recolección de muchos lotes que esperan la
llegada de las máquinas en Azul, Balcarce, Benito Juárez y Tandil, entre otras
zonas.
"No hay cosechadoras disponibles y la capacidad de trabajo de las que están
en los campos se encuentra muy limitada", dijo Guillermo Cavalleri, coordinador
técnico de Siembras Asociadas-Ceres Tolvas, una empresa que maneja 18.000
hectáreas en varios partidos del Sudeste.
Según comentó el técnico, el mayor problema podría presentarse en los próximos 20 días, cuando estén listos los lotes de soja sembrados más tarde (soja de segunda) y se acumularían los de los cultivos que ahora aguardan las máquinas. En tanto, para Claudio Ersinger, productor de la zona, las cosechadoras que en algún momento puedan llegar de otras zonas lo van a hacer muy tarde.


