A partir de hoy, el Gobierno comenzará a operar más activamente sobre el mercado del dólar para evitar que la cotización de la divisa siga bajando. Será a través de reforzar las compras que ya venía realizando el Banco Central, a las que se sumará el Banco Nación.

En la Casa Rosada creen que si el precio se desploma podría afectar el modelo de crecimiento económico basado en las exportaciones y la sustitución de importaciones. Así, el Ministerio de Economía instrumentará las órdenes que el presidente Kirchner le dio la semana pasada al ministro Roberto Lavagna durante una reunión que mantuvieron el miércoles en la Casa Rosada.

Clarín pudo confirmar que la directiva fue activar mecanismos para evitar que el precio del dólar se acerque demasiado a los 2,70 pesos. La intención política es establecer una nueva "banda implícita de cotización" del billete, frente al aluvión de dólares que se espera que ingresen a la Argentina entre abril y junio por la liquidación de la cosecha.

La nueva banda que se quiere sostener fijaría un piso para la cotización del dólar del orden de los 2,75 pesos y como techo un valor máximo de 2,85 pesos.

Para lograr esto, el Gobierno apelaría a tres medidas:

  • Elevar al máximo posible la compra de dólares por parte del Banco Central, pero respetando las pautas del programa monetario. En el acuerdo con el Fondo Monetario, el ministro Roberto Lavagna se comprometió a pautas de emisión estrictas que res tringen la capacidad de maniobra del BCRA para adquirir dólares.
  • Compras de divisas utilizando dinero de la Tesorería y que se canalizarían a través del Banco de la Nación Argentina.
  • Aumento en el nivel de reservas, para abultar la caja de dólares, frente a posibles turbulencias en la negociación de la deuda externa en default.

Esta nueva banda será más baja que la que estuvo funcionando hasta ahora, que se ubicó entre los 2,80 pesos y los 3 pesos. Pero obedecería a la imposibilidad de absorber la oferta de dólares, que en los próximos tres meses sería del orden de los 3.100 millones. Es decir un ingreso de 9.000 millones de pesos en un trimestre.

Hasta ahora, el ingreso de divisas fue administrado mediante las compras del Banco Central. Pero las estrictas pautas monetarias acordadas con el FMI impiden absorber tamaña cantidad de dólares. La emisión permitida hasta fin de año es del orden de los 7.000 millones de pesos.

En otras palabras, el plan monetario que pactó Lavagna con el FMI, tiene una derivación implícita: una rebaja en la cotización del dólar.

El FMI y los acreedores externos propician una rebaja del dólar para que Argentina aumente los pagos al exterior. Un dólar más barato, significaría que con el mismo superávit de la Tesorería en pesos se podría comprar una mayor cantidad de dólares, que la Argentina podría girar a los bonistas, según el Fondo.

La estrategia de "evitar un desplome" del dólar, fue discutida entre Kirchner y Lavagna el último miércoles. Pero el ministro —en esa reunión— acusó al Banco Central de propiciar una estrategia de baja del dólar.

Lo hizo frente a las críticas que recibe su gestión desde el Banco Central, entre otras cosas, por haber acumulado un fuerte superávit fiscal y no anticipar rebajas tributarias que alivien la pesada carga impositiva. Después de estos cuestionamientos, el ministro avanzó en los anuncios del último viernes desde Cariló.

En ese encuentro, Kirchner le ordenó adoptar una política activa para evitar que el billete tenga una abrupta caída. El Presidente dijo en esa reunión: "Hay que instrumentar todas las medidas financieras para frenar la caída hasta valores compatibles con la marcha de la economia real".