Lentamente, y de la mano de la caída en la rentabilidad de las operaciones de plazo fijo y similares, los Fondos Comunes de Inversión (FCI) vuelven a pedir su lugar en el sistema financiero, luego de haber desaparecido prácticamente del menú de opciones de inversión.


Aunque están muy lejos de los 7.500 millones de pesos/dólares que manejaban a fines de 2000, el sistema terminó 2003 con un crecimiento del 67%, pasando de administrar 2.800 millones de pesos hacia fines de 2002 a totalizar unos 4.800 millones un año después, algo así como 1.600 millones de dólares.


Pero lo más significativo, como señala un informe de la Fundación Capital, es que durante el primer bimestre de 2004 ese "crecimiento continúa acentuándose en forma notoria, ya que los fondos crecieron en ese pequeño período un 26,8%", mucho más que cualquier alternativa de inversión.


El principal atractivo que tienen es que permiten obtener mejores rendimientos que la opción "clásica", que son los plazos fijos. Además, es una manera más rentable de invertir el dinero que dejarlo —como está sucediendo ahora— en cuentas a la vista (cajas de ahorro y cuentas corrientes), donde los rendimientos son, directamente, negativos.


Si bien hay FCI para todo tipo de riesgo que quiera asumir el inversor, durante 2003 los que más crecieron fueron los de Plazo Fijo (120%), que tienen desde diciembre de 2003 una participación de casi el 65% del total administrado. Por otra parte, los fondos de acciones crecieron un 92% durante el año pasado (explicado por el alza de los precios bursátiles) y tienen una participación del 26% en el total.


Los que se achicaron fueron los fondos de renta fija (títulos y bonos), que pasaron de una participación en el total de fondos de 13,1% a 3,5% entre diciembre de 2001 a febrero de 2004.