"No sería favorable para la Argentina la aprobación del uso comercial del maíz resistente al glifosato -denominado maíz RR- si antes no se lo acepta en la Unión Europea (UE), destino que más paga por nuestro cereal", afirmó una alta fuente del sector exportador.
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Las opiniones respecto de la conveniencia de dar o no vía libre a una nueva variedad transgénica divide por estos días a la cadena agroalimentaria argentina. Quizá por ello varios exportadores -en especial los de las firmas más importantes- prefirieron el silencio. "No vamos a hablar sobre el maíz RR", respondieron de manera lacónica en Cargill, ante una consulta de LA NACION. El Centro de Exportadores de Cereales también se excusó de realizar una declaración pública para, según aclararon, "no generar un estado deliberativo".
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La fuente que pidió ser resguardada contó que ante el pedido de opinión de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos (Sagpya) el sector exportador planteó la necesidad de hacer todas las consultas necesarias con la UE. "Antes de tomar una decisión la Argentina debería ponerse de acuerdo con Europa, de manera que no se perjudique la colocación de cerca de 2 millones de toneladas de maíz que anualmente se envían al Viejo Continente. Hay que tener en claro que una vez que un mercado se cierra después cuesta mucho volver a reabrirlo". Luego añadió: "A los funcionarios de la Sagpya les pedimos que estén atentos y que actúen con responsabilidad".
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Menores precios
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"No vemos que el beneficio del maíz RR sea tan significativo como para arriesgar la colocación del cereal argentino en el exterior", señaló el vicepresidente de la exportadora Noble Argentina, Alfonso Romero.
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El empresario advirtió que si se pierde el mercado de la UE el "maíz argentino que ya no pueda entrar en ese bloque -España y Portugal compraron en 2003 cerca de 1,5 mill./t- deberá ser colocado a valores inferiores a los que hoy pagan los europeos en destinos tales como Medio Oriente, el Sudeste Asiático o el Norte de Africa".
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Romero agregó, asimismo, que la Argentina ya perdió por cuestiones diplomáticas el mercado de Irán -de las 385.787 toneladas que había importado en 2002 pasó a comprar sólo 74.330 t en 2003, según datos de la Sagpya-, de manera que si "seguimos achicando el abanico de compradores nos encontraremos sin demanda o vendiendo con descuentos de precios mayores a los actuales".
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A diferencia de la Argentina, donde desde hace tiempo ya se produce la variedad transgénica de maíz resistente al barrenador del tallo (maíz Bt), en Brasil la cosecha del cereal es libre de organismos genéticamente modificados. "Por esa razón, además de cuestiones de flete, el grano brasileño tiene un diferencial de precio a favor cercano a los US$ 14 por tonelada respecto de la mercadería argentina", indicó Romero.
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Consultado acerca de si el mercado interno podría demandar el maíz que eventualmente no pudiera entrar en la UE -aproximadamente el 20% de las ventas totales-, Romero aseguró de manera categórica que no, por la simple razón de que el mercado local ya está abastecido. "No veo una demanda adicional para cerca de 2 millones de toneladas del grano grueso".
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Maíces especiales
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Para Ricardo Fernández, operador de la firma exportadora Curcija SA, la aprobación del maíz RR, en sí sola, no acarrearía complicaciones debido a que un elevado porcentaje del cereal que se vende a la UE es de maíz duro colorado definido. "Esa oferta va a seguir estando. No creo que quienes siembran esas variedades especiales -se cotizan con premios de US$ 4 y hasta US$ 12 por tonelada respecto de los híbridos convencionales- se pasen al RR, dado que no hay experiencias suficientes que confirmen un diferencial del rinde que incentive el cambio".
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Por Dante A. Rofi
De la Redacción de LA NACION
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Greenpeace está en contra
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La organización ambientalista Greenpeace se manifestó en contra de la aprobación del maíz RR. El coordinador del Area de Biodiversidad, Emiliano Ezcurra, señaló que acentuaría la dependencia al glifosato como insumo crítico de la producción, precisamente en momentos de aumento de precios. "Esto significará la búsqueda de más escala porque se achicarán los márgenes y producirá un impacto social", dijo Ezcurra. También criticó la falta de audiencias públicas antes de la liberación de un evento transgénico y relativizó la seriedad del marco regulatorio. "Está diseñado para la aprobación de eventos, pero no para atender la bioseguridad", dijo.
