Es la orden que habrían recibido las filas parlamentarias que responden a algunos gobernadores del oficialismo.

El malestar se habría verbalizado desde Córdoba, Santa Fe, San Luis, La Pampa y Buenos Aires. Según confiaron fuentes parlamentarias, en la mayoría de los casos la decisión política habría surgido de los propios gobernadores, quienes habrían oficializado sus diferencias con el presidente Néstor Kirchner en el último Congreso partidario. Pero, en otros casos, habrían sido los propios legisladores quienes se habrían sumado por motivación propia a la decisión que tomaron referentes partidarios de otros territorios.

Las diferencias en el seno del PJ, que se profundizaron tras el Congreso partidario y la posterior intervención de Santiago del Estero, prometen salpicar el futuro de las leyes económicas que el Gobierno necesita del Congreso para cumplir con las pautas acordadas con el Fondo Monetario.

Actualmente, el 100% de los ingresos fiscales que generan las retenciones a las exportaciones se queda en las arcas de la Nación. Este impuesto fue creado tras la devaluación, en la gestión de Eduardo Duhalde, y lo tributan algunos sectores exportadoras con alícuotas distintas. Por ejemplo, el complejo sojero es uno de los que depositan los más abultados ingresos por esta vía en las arcas de la AFIP.

Uno de los argumentos de los gobernadores sería, justamente, que como esos bienes se producen en sus territorios, las arcas provinciales deberían cobrar una parte de lo que el Fisco embolsa mensualmente.

Las retenciones se convirtieron en una fuente importante de ingresos desde su aplicación, en el 2002. Los ingresos por la vía del comercio exterior ocuparon en 2003 el tercer lugar en el ránking de los recursos nacionales, después del IVA y de Ganancias, con unos $ 11.000 millones.

Para la Nación, las retenciones son un bastión de ese territorio como cualquier otro impuesto que se cobra por exportaciones o importaciones. Y el argumento que esgrimen desde la Rosada y Economía es que en la próxima discusión por la nueva distribución de los recursos se les garantizaría a las provincias como mínimo la misma cantidad de plata que se les giró el año pasado y que se les girará éste.

La pelea de las provincias por obtener una porción de la torta fiscal que se genera con las retenciones data del mismo momento en que se creó el nuevo impuesto a las exportaciones. Ahora recrudeció por un factor político (las diferencias dentro del PJ) y por la mejora en la recaudación.