Mientras avanza la cosecha de soja, las fuertes pérdidas por la sequía que se observan en el rendimiento del cultivo en varias zonas, con mermas del 20% en los lotes sembrados en octubre-noviembre y hasta un 40% en los implantados a fines de diciembre, comenzaron a frenar la presión alcista en los precios del mercado de alquileres para la próxima campaña.

Contra los 13-14 quintales de soja pagados, en promedio, en la zona agrícola núcleo de la pampa húmeda el año pasado, en esta campaña ya se habían empezado a realizar ofertas para arrendar a 15-16 quintales, básicamente ante las expectativas iniciales de una cosecha récord en la Argentina (37,5 millones de toneladas, según las primeras proyecciones a fines de 2003) y por el alto precio de la oleaginosa, que hoy cotiza en 246,80 dólares para la posición mayo.

Ahora, por el contrario, con rindes que en algunos lotes apenas llegan a los 20 quintales, a diferencia de los 32 quintales obtenidos en la última campaña, como ocurre en muchos campos del sur de Santa Fe, la escalada de valores en el mercado de alquileres parece haber encontrado un techo, pese a que, de cara a la próxima campaña, la posición mayo 2005 se ubica en 191,90 dólares, un precio que, por el momento, continúa siendo rentable para el productor.

"Hoy ya no se habla de los mismos precios que hace un mes, cuando se pedía hasta 15 quintales por hectárea y parecía que el país iba a lograr una cosecha récord. Con los actuales rindes, el mercado de alquileres se va a calmar un poco y podría volver a valores bastante más razonables", dijo a LA NACION Sebastián Cañón, productor de la zona de Venado Tuerto que arrienda una importante superficie agrícola.

Según comentó Pedro Nordheimer, de la inmobiliaria rural Nordheimer, ese escenario con un mercado más tranquilo se podría observar en las zonas donde la soja está mostrando resultados menores que los previstos.

"No creo que los valores (para alquilar) sigan subiendo ni que bajen, pero sí que se mantengan, al menos mientras continúen los actuales precios de la soja", puntualizó el especialista.

Replanteos

Gustavo de Deseš, asesor de productores en el sur de Santa Fe, también considera que los menores rindes podrían influir sobre las perspectivas de subas en el mercado de alquileres para la próxima campaña.

"Esto lleva a que se hagan replanteos, sobre todo cuando se trata de ingresar (a producir) con alquileres más caros", dijo el técnico, que además señaló que, en algunas zonas, en lotes con médanos se observan rindes de 10-12 quintales para las sojas sembradas más tarde, contra los aproximadamente 30 quintales obtenidos en la última campaña.

De todos modos, De Deseš aclaró que la situación depende mucho de las características de los lotes en producción, ya que incluso en sólo 70 kilómetros de distancia suelen registrarse diferencias que van desde los 10 hasta los 25 quintales de rendimiento.

Por su parte, el productor Rogelio Fogante opinó que, ante la caída de los rendimientos en los campos de inferior calidad, el mercado podría mostrar costos más bajos para alquilar.

"Creo que esto podría significar un reacomodamiento, principalmente en los suelos de menor calidad, pero los valores se mantendrían para los buenos campos", indicó.

Según comentó Fogante, en la localidad de Inriville, en el sudeste de Córdoba, un campo del grupo La Redención-Sofro, que el año pasado tuvo varios rindes con más de 5000 kilos por hectárea, ahora llegó a los 4500 kilos como máximo valor.

Por Fernando Bertello
De la Redacción de LA NACION