Ya hay lotes en donde los cultivos muestran síntomas de estrés. Las precipitaciones del jueves resultaron escasísimas para las necesidades del maíz, que ya ingresó en el período crítico y es cuando más agua requiere. En los próximos 15 ó 20 días deberían llover, al menos, entre 80 y 100 milímetros.
Danilo Lima
No alcanzaron para nada. Las lluvias del jueves, que en la mayor parte de la
provincia se ubicaron entre los 20 y 30 milímetros, resultaron escasas ante las
necesidades de los cultivos, especialmente el maíz. Únicamente en el
departamento Nogoyá las precipitaciones fueron algo más generosas y allí los
maíces están un poco –sólo un poco– aliviados, pero igualmente necesitan más
agua.
Es que el maíz ya ingresó en el denominado período crítico, que abarca los 15
días anteriores y los 15 días posteriores a la floración, donde se produce el
llenado de granos que determina los rendimientos, y el consumo de agua por parte
de la planta es elevado.
Si a las escasas lluvias del jueves se suma el hecho de que las reservas son
prácticamente nulas (ver mapa), ya hay lotes en donde los cultivos comenzaron a
mostrar síntomas de estrés: hojas totalmente acartuchadas y baja tasa de
crecimiento, por ejemplo, que hacen suponer pérdidas significativas.
En esta etapa fenológica fundamental, el maíz consume entre 5 y 10 milímetros de
agua por día, por lo que en Entre Ríos los cultivos necesitan lluvias urgentes
que los técnicos estiman entre 80 y 100 milímetros, por lo menos, en los
próximos 15 ó 20 días. De lo contrario, los rindes serán menores.
El último informe del Sistema de Información de la Bolsa de Cereales de Entre
Ríos (Siber), en este sentido, señala que el 10% del área total implantada con
maíz en la provincia se encuentra en estado muy bueno; el 61% en condición de
bueno; el 27%, regular; y el 2%, malo.
Claro que de persistir esta sequía “seguramente estos porcentajes cambiarán
drásticamente”, advierte el Siber, ya que para abastecer la gran demanda hídrica
que requiere el maíz “se necesita un monto importante” de lluvias.
EL CLIMA. El Siber, por otro lado, remarca que está “en el corazón del
impacto pluvial negativo” que genera el fenómeno de La Niña.
Como es usual para un indicador climático de gran escala, este evento no se ha
limitado al contorno de nuestra provincia sino que también impuso su rigor
deficitario sobre gran parte de la Mesopotamia, sur de Paraguay, el NEA, Santa
Fe, norte de Buenos Aires, oeste de Uruguay y sur de Brasil.
Este fin de semana, dice el informe climático del Siber, podría comenzar a
mostrar algunas lluvias generosas en este vasto sector. “Aún cuando no sea Entre
Ríos el beneficiario de este cambio, podría comenzar a vislumbrarse una mejora
progresiva en la oferta de agua durante diciembre, que debería afianzarse en
enero”, agrega.
Con los almacenajes agotados y coberturas que aumentan la demanda, las lluvias
deficitarias cierran la ecuación de balance hídrico de una manera previsible,
remarca. Para que el balance tenga una respuesta razonable durante esta primera
quincena de diciembre, es decir para que las reservas evolucionen al menos hasta
un nivel regular, “son necesarias precipitaciones del orden de los 100
milímetros. Esta marca cuantifica el problema climático que enfrenta la
provincia en el mediano plazo”, subraya el Siber.


