Allí, desde hace casi cuatro años, están las respuestas de una realidad que, hoy, pone en riesgo a la actividad productiva de esta región.
La falta de (significativas y oportunas) lluvias ya determinó, en opinión de expertos y memoriosos, que esta sequía sea superior a la de 1961/1962, básicamente por la continuidad y por el tiempo de recuperación que se requerirá para el retorno a la tierra fértil.
"Esta es una zona que depende de la lluvia, ya que no existen perfiles de profundidad para hacer reservas de agua", dijo el productor carhuense Fredy López.
En lo que va de 2009, en esta zona han llovido 129 milímetros: el 18 de enero, 15; el de febrero, 7; el 20, 69; el 3 de marzo, 20; el 23, 6 y el 4 del corriente, 12. El año pasado se registraron 390 milímetros, pero en épocas desusadas para la producción.
Como ejemplo, por aquí se dice que la laguna de Gardes (de 200 has.; de la década del 50), que hasta no hace mucho tuvo tres metros de agua, hoy está seca.
También que ya no se necesitan camionetas 4x4 para sortear los vados de lluvia en los accesos. O que se recuerda --nítidamente-- a la última gran lluvia como la del verano de 2005.
"El precio de comercialización de la ganadería está frenado y la crisis de la sequía hace lo suyo. Es un negocio que se cae a pedazos", aseguró López.
"Y lo que se cae en un año, probablemente lleve ocho para recuperarse, porque no es solamente perder la hacienda, sino que se debe sumar la genética", sostuvo.
También aludió el productor, quien llegó a ser presidente de la Sociedad Rural de Adolfo Alsina, que se modifica una forma de vida, que es la de residir en los campos.
"En los lugares donde no hay hacienda, ya no queda gente. Y esta misma gente es la que va a las ciudades a trabajar de empleado, o de lo que sea", dijo.
"Todos sabemos que esto le sale más caro al país, porque esa gente debería estar produciendo en su ámbito y no en otro que desconoce", manifestó.
Según López, el productor que hoy subsiste es porque tiene tres o cuatro alternativas para diversificar las inversiones. Por caso, él se dedica a tareas afines, como cosecha, siembra y servicios mecánicos.
"Todo está parado. Es una cadena que se encuentra cortada por la sequía. Por caso, el año pasado coseché a 180 pesos (la hectárea) y ahora lo hice a $ 90/100; y trabajé siete veces menos", explicó.
Con este estado de falta de pasturas, resulta común observar a animales pastando a la vera de los caminos. Las últimas reservas están en las rutas provinciales y nacionales, y en los accesos y en los caminos vecinales.
Una pauta es que esto generalmente se observa a la salida del invierno, cuando las pasturas no alcanzaron o ya están en caída, pero nunca a fines de abril o a principios del corriente mayo.
"Para aspirar a una producción más o menos interesante hay que aplicar técnicas como un buen barbecho y luego darle tiempo, pero para eso se requiere dinero y lluvias. A todas las tenemos en contra", aseguró el productor José Justel, quien posee 170 hectáreas sobre la ruta 60, cerca del acceso sur a Carhué.
Con los límites del alambrado eléctrico, a sus 70 vacas las tiene pastando entre tres y cuatro horas por día. Sabe que no es lo ideal estar cerca de una ruta de tránsito permanente, pero también que no tiene otra alternativa.
"Los únicos privilegiados son los terneros", dijo. "Suplemento una docena con rollos que dosifico para que sean lo más eficientes posibles, porque hoy ya tendrían que estar los barbechos hechos, pero ni miras", agregó. Un rollo de pasto de buena calidad ronda los 200 pesos.
Justel no recuerda un período climático como el presente. "Me preocupa el futuro. Es muy difícil mantener a las vacas sin pasturas y, encima, con los precios (de venta) actuales", comentó Justel.
Fredy López posee un establecimiento de 163 hectáreas a 17 kilómetros de Carhué, en dirección a la ruta nacional 33. Llegó a tener casi 500 ovejas, pero hoy posee 300 tras un incendio, el 24 de enero último, que afectó a poco más de 100. Por estos días, planea vender el 90% del rodeo.
Según algunos productores, el ministerio de Asuntos Agrarios de la provincia de Buenos Aires ha mostrado su preocupación en forma esporádica. "Hace un mes y medio me dieron un subsidio de 11.000 pesos, pero era por un pedido de alimento para el invierno de 2008", aseguró López.
En total, en el partido de Adolfo Alsina se repartieron 600.000 pesos entre
los productores ovinos. "Me preocupa el futuro. Es muy difícil mantener a las
vacas sin pasturas y, encima, con los precios (de venta) actuales".
José Justel
Para el productor Fredy López, la sequía llegó para instalarse en Adolfo Alsina. El ganadero José Justel no tiene otra opción que sacar los animales a la vera de la ruta provincial 60. Una escena que se repite con cada vez más asiduidad en pleno mayo.
La Nueva Provincia


