El nuevo descenso estuvo relacionado con el comportamiento de los mercados externos, con los principales indicadores bursátiles concluyendo la jornada casi neutrales y el derrumbe del petróleo –7,4%, hasta u$s 42,33 el barril–. También impactaron los datos del último informe de cosecha difundido por el Departamento de Agricultura estadounidense (Usda). El trabajo sostuvo que los stocks son ajustados pero que alcanzan para satisfacer a una demanda golpeada por la crisis internacional.
La conjunción de esos factores provocó que los fondos especulativos vendieran posiciones adquiridas apenas un día antes.
En el comercio de granos local, lo ocurrido en el principal mercado de referencia no tuvo correlato, como viene sucediendo en las últimas ruedas.
Con operadores más preocupados por un eventual resurgimiento del conflicto agropecuario –con cortes de ruta o paralización de la comercialización–, la demanda estuvo en calma y ofreció los mismos valores que en la previa. Así la soja disponible terminó en Rosario a $ 800 la tonelada, mientras la oleaginosa de la nueva cosecha, con entrega en mayo, cerró a u$s 215 por la misma cantidad. Se estimaron operaciones por 5.000 toneladas.
Para el trigo no hubo compradores en la Bolsa de Rosario. La exportación está retirada de la puja por el cereal, dado que la escasa cosecha triguera derivó en un remanente exportable que ya se agotó y no se espera que se reabran las autorizaciones para exportar, al menos en el mediano plazo.
En tanto, el maíz cerró en $ 400, una baja de 3,6% desde la jornada previa. La retracción se produjo en coincidencia con la baja externa, por los datos del Usda acerca de que una menor utilización mundial del grano para forraje alivia los stocks, y a pesar de que los exportadores siguen interesados en el maíz local dado que todavía queda remanente para colocar en el mundo. Pese a la baja en las cotizaciones, se relevaron negocios por 20.000 toneladas de maíz en Rosario.


