Las cuatro entidades agropecuarias iniciaron un período que llaman de «análisis y reflexión» sobre las medidas que anunció el martes el Gobierno, las cuales incluyen la eliminación de las retenciones a las exportaciones de leche, la baja del 50% en las aplicadas a las ventas externas de las economías regionales y el pago del precio pleno del trigo en el mercado local.
El próximo martes, la Mesa de Enlace volverá a reunirse con el Gobierno, aunque por el momento no se sabe qué funcionario concurrirá al encuentro y se descarta que sea la propia Cristina de Kirchner quien los reciba. El campo intentará abordar el tema de las retenciones a la soja -que no fue mencionado en la primera reunión- y la apertura de las exportaciones de carne. Ayer, algunos dirigentes volvieron a mencionar los derechos sobre las exportaciones de granos.
Carlos Garetto, titular de Coninagro, dijo que es «imprescindible que el sector vuelva a capitalizarse y que tenga una perspectiva de sustentabilidad». Agregó que «una merma importante en las retenciones a la soja y girasol, y la suspensión a las de trigo y maíz permitiría recuperar ingresos y remontar la rentabilidad negativa que tienen en la mayoría de los casos los pequeños y medianos productores».
Mario Llambías, de Confederaciones Rurales Argentinas, reclamó «cordura» a los productores e informó que el consejo directivo de la entidad se reunirá hoy para debatir todos los temas en profundidad.
Por su parte, Eduardo Buzzi, de la Federación Agraria, volvió a defender el proyecto presentado en el Congreso por su entidad, que plantea aplicar retenciones segmentadas. «En todos lados hay iniciativas que tienden a que las retenciones sean distintas según la escala del productor», recordó. Señaló, además, que «con esta política de aplicar el mismo porcentaje a la soja a todos, a los más chicos se los debilita más rápido y se favorece la concentración».
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