Los sistemas tradicionales de cría deben reemplazar anualmente el 20% de los vientres, por lo cual es necesario asignarles entre el 15% y 20% de la superficie del establecimiento, coincidiendo con la época invernal, crítica por su escasa disponibilidad de forraje a campo.
Ante esta situación, sumada al hecho de que la venta de vacas gordas puede alcanzar el 40% de los ingresos del rubro, el INTA Mercedes -Corrientes- realizó un ensayo a corral durante los otoños de 2007 y 2008.
Un total de 19 animales cada año consumieron a voluntad silaje de planta entera de sorgo, además de 1 kg/animal/día de pellets de algodón en 2007 y 1,2 kg/an/día de pellets de girasol en 2008. Durante este último período, el trabajo fue facilitado por el empleo de una jaula para autoconsumo del silaje diseñada por el INTA Manfredi -Córdoba-.
En el primer año, las vacas ingresaron con 466,6 kg y alcanzaron 501,3 kg luego de 66 días, con una ganancia de peso individual de 630 g/día. Durante el segundo año, ingresaron con 451,4 kg y llegaron a 505,4 kg a los 86 días, lo que corresponde a un aumento de 680 g/día/animal.
En ambos casos, los animales lograron un adecuado estado de gordura para la faena -condición corporal 5- y se vendieron durante el mes de julio, que constituye una época excelente para la venta de esta categoría.
De acuerdo con estos resultados, es posible incrementar el número de vientres y la producción de carne en sistemas de cría mediante el uso de forraje conservado y, al mismo tiempo, retener categorías de animales sin generar competencia por los recursos forrajeros.
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