No sucedió. El candidato para reemplazarlo era Carlos Cheppi, actual titular del INTA. La demora en el recambio se debería a situaciones que la Casa Rosada no termina todavía de dirimir.
Para empezar, la situación de Guillermo Moreno.
Según distintas fuentes ruralistas, Cheppi habría puesto como condición para asumir en Agricultura si no el alejamiento del secretario de Comercio Interior al menos que el kirchnerismo le ponga límite a sus intervenciones en las políticas vinculadas con el sector.
Desde que asumió su rol como custodio de los precios, Moreno ha sido una tortura para los sucesivos secretarios de Agricultura. Primero lo padeció Miguel Campos, hasta su renuncia a principios de 2007, y luego le tocó a De Urquiza.
El titular del INTA, un hombre muy cercano al ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, no quiere correr la misma suerte que sus antecesores, y de allí su pedido.de acuerdo a ruralistas.
Es que Moreno interviene prácticamente en todos los asuntos de la cartera agropecuaria. Por caso, hoy no se exportan granos, leche o carne sin la venia correspondiente de Comercio Interior. La ONCCA, en manos de Ricardo Echegaray, ha sido otro engranaje clave para el avance de Moreno sobre la política agropecuaria. Hoy maneja cientos de millones de pesos de subsidios y controla el grifo de las exportaciones.
Claramente ese organismo no mueve una pieza sin el aval del secretario de Comercio.
Fuentes con llegada directa a la Rosada confirmaban anoche el intento de Cheppi por iniciar su complicada gestión sin ese pesado lastre. Las entidades agropecuarias y la oposición política cargan las tintas sobre el titular de Comercio Interior, a quien responsabilizan de buena parte de las culpas por el duro conflicto entre el Gobierno y el campo.
En su reservada gestión, el presidente del INTAse apoya en otros pingüinos de la primera hora, el actual titular del SENASA, Jorge Amaya, y el jefe de Gabinete de la Secretaría de Agricultura, Carlos Milicevic. Junto a Cheppi conformaron la pata agropecuaria que acompañó a Néstor Kirchner desde 2002, cuando todavía ni siquiera soñaba con ser presidente.
A la Comisión de Enlace de entidades del agro, que se reunirá hoy a las 15 en Buenos Aires, no le caería mal la asunción de Cheppi, quien mantuvo un bajo perfil durante casi todo el conflicto y mantiene una relación cordial con muchos dirigentes del sector.
La excepción es Eduardo Buzzi, de la Federación Agraria, con quien casi se va a las trompadas en la Expoagro 2007, cuando lo acusó de privilegiar a los grandes pooles de siembra a la hora de cerrar negocios del INTA en Venezuela. Fue el caso de Gustavo Grobocopatel, que ahora decidió abandonar el país caribeño (ver página 17).
Frente al alejamiento anunciado de De Urquiza y la posible designación de
Cheppi, los ruralistas evitaron ayer las definiciones
osadas.
"Pretendemos que la persona con la que hablemos entienda del tema y tenga poder. Hasta ahora, los que tenían poder no entendían del tema, y los que entendían del tema no tenía poder", sentenció el vice de la Rural, Hugo Biolcati.
El dirigente, de todos modos, exoneró al secretario saliente de grandes cargos. "No puedo decir que De Urquiza tuviera la culpa de nada. Prácticamente no era interlocutor", sostuvo. El secretario saliente, sin embargo, no corrió con igual suerte en la entidad que lo vió nacer como dirigente rural, la CRA. Sus pares de CARBAP ya lo declararon "persona no grata".
Clarin


