Después de cuatro largos años de recesión, en 2003 la economía argentina volvió a crecer, con una notable alza de casi el 9% en su producto bruto interno (PBI). Pero, como es habitual en estos casos, el impacto de la reactivación no siempre tiene un efecto inmediato en la vida cotidiana de la población.
Con la excepción de los shopping centers y algunas plazas turísticas, que aún en el peor momento de la crisis supieron sacar provecho de la llegada de extranjeros seducidos por el tipo de cambio favorable, tuvieron que pasar varios meses de subas en los principales índices macroeconómicos para que el crecimiento se empezara a hacer sentir en el día a día de los hogares argentinos.
El cambio en el escenario macro se tradujo en dos factores igualmente favorables para el consumo. Por un lado, hay una recuperación del poder adquisitivo para los sectores de la población ligados a la exportación. Por otro, muchos argentinos que habían reducido o postergado sus gastos por temor a perder su empleo o sus ingresos se están animando a consumir más.
Sin embargo, no hay que perder de vista que los beneficios de esta recuperación de la demanda están muy lejos de alcanzar a todos los argentinos y sólo una porción de la población hoy puede mostrar un cambio positivo en sus hábitos de consumo. Además, la vuelta al crecimiento de la economía se da en un contexto diferente del que existía en 1998, cuando todavía regía el 1 a 1. El piso actual desde el cual se está dando esta recuperación del consumo es mucho más bajo y casi la mitad de la población argentina se encuentra por debajo de la línea de la pobreza.
Tomando en cuenta estos recaudos, igualmente se puede hacer una lista de los diez signos que demuestran en la vida cotidiana de los argentinos que la recesión llegó a su fin.
1. La vuelta de los alimentos importados
Con la devaluación del peso, prácticamente de un día para el otro las pastas italianas, las cervezas alemanas y los vinos chilenos desaparecieron de las góndolas de los supermercados argentinos. Pero a medida en que el panorama económico se hizo más previsible y el dólar se ancló en torno de los 3 pesos, tímidamente los importadores empezaron a retomar sus operaciones. "Lo que se están dando es una recuperación parcial de todo lo que se había perdido con la crisis. La reactivación se siente especialmente en nichos donde no hay competencia local, como la importación del salmón rosado chileno o el caviar ruso, ya que a medida de que se recupera el tipo de cambio también se restablecen algunos hábitos de consumo que se habían perdido con la devaluación", explicó Diego Pérez Santisteban, presidente de la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA).
2. La popularización de la banda ancha
Internet fue uno de los contados "lujos" que la mayoría de los hogares argentinos que contaba con el servicio ni quiso resignar durante lo peor de la crisis. Sin embargo, lo que se percibe ahora en este negocio es el fuerte impulso que están tomando los servicios de banda ancha, que hasta hace apenas unos años era un producto limitado a hogares de muy alto poder adquisitivo. Según distintos estudios de las consultora Carrier & Asociados y Trends Consulting, la banda ancha creció un 52% durante 2003 y les terminó robando un 14% de sus clientes a los servicios de acceso telefónico (dial up). Para este año se espera un nuevo crecimiento, con lo que según distintas proyecciones, se duplicaría el actual número de usuarios (aproximadamente 250.000).
3. Con permiso para aterrizar
Después que en 2002 varias aerolíneas internacionales decidieron levantar frecuencias o, directamente, cancelar sus operaciones, la Argentina está volviendo a figurar en los mapas de rutas de las principales compañías de aeronavegación. Impulsadas por un tipo de cambio atractivo para el turismo y también por el crecimiento de la economía, en los últimos meses United, American, Lufthansa y British Airways incorporaron nuevas frecuencias, mientras que Delta Airlines, Air Canada y Mexicana anunciaron, y en algunos casos ya la concretaron, su decisión de volver a volar a Buenos Aires.
4. Puerto Madero vuelve a estar de moda
En la década pasada, Puerto Madero no sólo se había convertido en el barrio preferido de los inversores que apostaban a la construcción, sino también en un símbolo de status. Sin embargo, a partir de 2000 su desarrollo se fue desacelerando, hasta tocar su piso en 2002, cuando la zona de los diques concentró apenas el 0,3% de los pedidos de construcción en la Capital Federal, según un relevamiento del gobierno porteño. El panorama actual es sensiblemente diferente. Puerto Madero volvió a estar en la mira de los inversores y de hecho hoy pelea con Palermo, Caballito y Belgrano el liderazgo en materia de obras de construcción, aunque con un cambio en su perfil. Si en los 90 la zona creció gracias a los complejos de oficinas y los restaurantes, ahora es el tiempo de las viviendas.
5. El regreso de los artistas internacionales
Cuando el dólar se disparó por encima de los tres pesos, la mayoría de los argentinos pensaban que iban a pasar muchos años hasta que los artistas internacionales volvieran a pisar un escenario local. Sin embargo, el tipo de cambio no se convirtió en un obstáculo insalvable para que en los primeros tres meses del año Buenos Aires volviera a ofrecer una cartelera internacional que poco tiene que envidiar a la de los tiempos del 1 a 1. Desde Joan Manuel Serrat hasta Iron Maiden, pasando por los Wailers, Alejandro Sanz y Chayanne, el 2004 comenzó con varios éxitos de taquilla, a pesar de que los precios en pesos de las entradas son más altos que los que existían en los 90.
6. La recuperación de los autos de lujo
Más por un asunto de seguridad e imagen que por una cuestión estrictamente económica, muchos de los potenciales consumidores de los autos de lujo postergaron sus compras durante lo peor de la crisis. Esto hizo que el segmento viera cómo sus ventas en 2002 se derrumbaban a un tercio de las que tenían antes de la devaluación. Pero ahora, en las automotrices y las concesionarias coinciden en señalar que el momento que vive su negocio es completamente diferente. "En 2003, nuestras ventas crecieron un 40,5% y consolidaron nuestro liderazgo en el segmento, y para este año esperamos un incremento del 30%, aunque el crecimiento del segmento de autos de marcas premium será aún mayor", se entusiasma Jorge Portugal, gerente de Ventas de Audi Argentina, que proyecta cerrar 2004 con el mismo nivel de ventas que tenía en 2001 pese a que sus vehículos mantuvieron sus precios en dólares (es decir que prácticamente se triplicaron en pesos).
7. La hora de los celulares
Con la recuperación económica, los teléfonos celulares están dejando de ser un artículo suntuario y poco a poco vuelven a ser un producto accesible para gran parte de la población. Según el último relevamiento del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), los móviles ya lograron superar a las teléfonos fijos, como sucede en la mayoría de los países desarrollados. Según las estadísticas oficiales hoy hay poco más de 8,3 millones de teléfonos celulares frente a 7,7 millones de líneas fijas en servicio y durante los dos primeros meses de 2004 las llamadas realizadas desde aparatos móviles registraron un espectacular incremento del 49,4% en relación con 2003.
8. Los bancos retoman su alto perfil
Con el "corralito" financiero, los bancos se convirtieron en el enemigo público número uno para gran parte de los argentinos que vieron cómo quedaron atrapados sus ahorros. A partir de ese momento, la mayoría de las instituciones financieras optó por reducir a prácticamente cero su nivel de exposición pública: no sólo tuvieron que tapar con chapas sus sucursales en el microcentro por temor a los ataques de los ahorristas, sino que también desaparecieron de la tanda publicitaria. El panorama, sin embargo, empezó a cambiar en los últimos meses. En el primer bimestre de este año, la inversión publicitaria bruta en televisión, radio y gráfica alcanzó a $ 20,3 millones, lo que implica un alza del 37,8% frente al primer período de 2003, según el relevamiento que realiza la firma Monitor de Medios Publicitarios.
9. La expansión de los countries
Después de la crisis de 2001, la propiedad se convirtió en uno de los pocos refugios para los inversores, lo que explica el boom que vive la compra y venta de terrenos en countries y barrios cerrados, aprovechando que los precios son más asequibles que en la Capital Federal. Durante 2003 se construyeron más de 4000 casas en este tipo de complejos en el conurbano bonaerense y se retomaron varios proyectos que habían quedado suspendidos por la crisis, especialmente en la zona norte (Tigre, Pacheco, Pilar y Escobar). "La recuperación de este mercado provocó que hoy los precios en dólares de los terrenos en countries consolidados y con buena infraestructura ya estén casi a los mismos valores de la convertibilidad, aunque igual sigue siendo un buen negocio porque el costo de la construcción en dólares sigue estando muy por debajo de los niveles predevaluación", señaló José Rozados, del sitio especializado Reporte Inmobiliario.
10. El crecimiento del tránsito
Más allá de los cortes de los piqueteros, en los últimos meses el tránsito vehicular en Buenos Aires recuperó los niveles de locura previos a la crisis. La devaluación del peso y los consiguientes aumentos en los combustibles habían logrado disminuir el número de autos en circulación, pero la tendencia comenzó a revertirse en los últimos meses. Según las mediciones del Indec, en los primeros dos meses de 2004 los puestos de peaje de acceso a la Capital Federal vieron incrementado su tráfico en un 14% en relación con el mismo mes del año pasado. La recuperación de clientes para las concesionarias de estos servicios es liderada por el Acceso Oeste y la Autopista Ezeiza-Cañuelas, en ambos casos con una suba interanual del 15,8 por ciento.
Por Alfredo Sainz
De la Redacción de LA NACION


