Las industrias irán sufriendo aumentos paulatinos del precio del gas hasta alcanzar un 50% de alza en julio del año próximo. A cambio, las petroleras garantizarán todo el suministro que se pueda transportar por la red nacional hasta 2006, con lo que se aseguraría de hecho el abastecimiento a los hogares. Así quedó establecido en el acuerdo al que arribaron ayer a la madrugada el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y todas las productoras de petróleo y gas.

El convenio consiste en poner en práctica el decreto 181 de febrero pasado, que estableció el encarecimiento del gas en boca de pozo y la creación del mercado mayorista de este combustible. Para que entren en vigor ambas medidas se necesita que antes se celebre una audiencia pública, y el Gobierno se comprometió a convocarla para la tercera o cuarta semana de este mes, explicó ayer a LA NACION el subsecretario de Combustibles, Cristian Folgar.

El decreto 181 impuso un incremento inmediato del precio del gas en boca de pozo del 40% promedio (35% para usuarios medianos y 50% para los más grandes). Esta alza incluye a las industrias y a las centrales eléctricas, que deberán pagar tarifas entre un 15 y un 25% más caras, según la demanda, pero no afectará a los usuarios residenciales y comerciales.

El decreto también establece la creación del mercado eléctrico mayorista del gas, del que deberán participar las distribuidoras y las industrias de más altos consumos. Este mercado irá liberalizándose progresivamente para proteger al sector manufacturero.

El Gobierno lo regulará con un precio tope que irá de los actuales US$ 0,40 o US$ 0,50 por millón de BTU (unidad de medida), dependiendo de la cuenca de donde se extraiga el gas, hasta US$ 0,90 o US$ 1 en julio del año próximo, según se acordó ayer entre el Gobierno y las petroleras. Es decir, un incremento del ciento por ciento. El decreto de febrero impone un alza de hasta US$ 0,70 por millón de BTU, pero se prevén otras tres actualizaciones: en octubre próximo, mayo de 2005 y julio del mismo año, cuando se alcanzará el nivel de un dólar.

Estos cuatro ajustes del valor del gas en boca de pozo sólo afectarán a los que compren en el mercado mayorista. Eso sí, las distribuidoras podrán trasladarlos a las tarifas de sus clientes industriales. En ningún caso podrán recargarlos sobre los usuarios residenciales y comerciales.

Es decir, muchas fábricas que en la actualidad pagan un gas pesificado equivalente a US$ 0,40 o US$ 0,50 por millón de BTU no sólo sufrirán el aumento del 15 al 25%, sino que además padecerán otros tres ajustes, ya sea si las obligan a pasar al mercado mayorista o si permanecen como clientes de las distribuidoras.

Dado que se prevé que el precio máximo fijado por el Gobierno se duplique, Folgar admite que el ascenso del gas para las industrias llegará aproximadamente al 50% en julio de 2005. Sin embargo, el funcionario pronosticó que el precio promedio del mercado mayorista se ubicará por debajo del valor tope.

Las petroleras se comprometieron a suministrar a las distribuidoras todo el gas que los ductos permiten transportar. En invierno suele haber picos de demanda de casi 80 millones de metros cúbicos diarios, pero este año se espera que esos saltos ahora se transformen en valores constantes, dado el consumo creciente que genera la reactivación económica.

Las petroleras irán ampliando su oferta a las distribuidoras a medida que se amplíe la red de gasoductos, por lo que algunas deberán elevar sus inversiones en exploración y producción. En 2005 se inaugurarán algunos caños menores, que se construirán con el sistema de fondos fiduciarios, a propuesta del sector privado. En 2006, la capacidad del sistema de transporte se incrementará en 20 millones de metros cúbicos diarios por el gasoducto del Noroeste, que está emprendiendo el grupo Techint juntamente con el Estado.

Por Alejandro Rebossio

De la Redacción de LA NACION