Ya habíamos marcado que su influencia negativa sobre el patrón pluvial había perdido eficiencia, sin embargo los últimos valores de temperatura superficial del mar confirman que el enfriamiento del Pacífico Ecuatorial central va cediendo. El promedio de anomalía negativa (enfriamiento) de la temperatura superficial del mar del mes de enero alcanzó 1.6°C, mientras que en las últimas cuatro semanas este promedio retrocedió a 1.3°C, con mínimas oscilaciones. Estos registros estarían marcando una tendencia que va confirmando los pronósticos de una evolución de La Niña hacia un estado de neutralidad. Alcanzar la neutralidad, significa disminuir el enfriamiento a menos de 0.5°C, es decir, a esta tasa de cambio el proceso puede llevar buena parte del otoño.

Si bien actualmente el fenómeno La Niña no es decisivo para definir el comportamiento pluvial del resto de la campaña de granos gruesos, si se debe monitorear este indicador para confirmar su evolución hacia la neutralidad, proyectando de este modo una salida potencialmente menos riesgosa para la próxima primavera.

Contrastando con el enfriamiento del Pacífico, el océano Atlántico ha visto afianzarse una importante anomalía positiva, es decir un calentamiento de las aguas superficiales del mar. Esto potencialmente puede redundar en un mejor aporte de humead sobre el este de la región pampeana, aunque debemos notar que el calentamiento más importante se haya desplazado muy lejos de la costa, por lo cual su impacto positivo es relativo.

Debemos tener presente que el mes de marzo presenta estadísticamente una oferta de agua muy generosa en gran parte del norte del país, la Mesopotamia, SF, este de CB, norte de BA y norte de LP, con un piso cercano a los 130 milímetros. Las lluvias son menores en el resto de las zonas agrícolas oscilando entre los 80 y los 100 milímetros. Si bien estamos transitando un período seco, no parece que el mismo defina un patrón estructural. Entendemos que hacia mediados de la semana próxima comenzarán a volver los sistemas precipitantes.

Dentro de este contexto, hay que poner especial atención con lo que pueda suceder en el NOA, dado que la zona está expuesta a recibir precipitaciones que pueden superar los valores normales. Este patrón también podría afectar el oeste de Chaco y Formosa, compensándose con precipitaciones más escasas sobre el centro norte de la Mesopotamia. Si se repite la dinámica de los eventos de febrero la franja central del país quedaría bien provista y probablemente mejoren las lluvias para el sur.

  • Por CCA - exclusivo Agrositio.com
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