Dos importantes países competidores de la Argentina en el mercado mundial de carnes, Brasil y Estados Unidos, avanzan en la negociación con la Unión Europea para obtener mejores condiciones de acceso para la carne vacuna de alta calidad, más conocida como cuota Hilton.
Brasil obtuvo recientemente la duplicación de su cupo, que pasó de 5000 a 10.000 toneladas anuales, como compensación por el ingreso de Bulgaria y Rumania al bloque de la Unión Europea.
En tanto, Estados Unidos y la Unión Europea (UE) alcanzaron un principio de acuerdo en el conflicto de las hormonas, el cual los enfrenta hace dos décadas. Según dicho acuerdo, se ampliaría gradualmente el acceso sin arancel de la carne bovina libre de hormonas de Estados Unidos a cambio de que este país elimine las medidas de retaliación aplicadas sobre los productos provenientes de la UE.
Al volumen actual de 11.500 toneladas anuales, se le agregarían 20.000 toneladas en los próximos tres años, que será de 45.000 toneladas a partir del cuarto año.
Estas dos noticias tendrán efectos para nuestro país. Por un lado, disminuirá el peso relativo de la Argentina (28.000 toneladas; el país con mayor volumen de cuota Hilton por lo menos hasta el año próximo) en dicho segmento de mercado.
Por el otro lado, el mayor volumen disponible -41% en los próximos tres años y 83% para los subsiguientes- deprimirá los precios de la cuota Hilton y, por ende, tenderá a eliminar progresivamente el sobreprecio asociado al cupo.
En este contexto, como el acuerdo entre la UE y Estados Unidos establecería que la ampliación de su cuota no pague arancel (a diferencia del derecho del 20% que abona el resto de los países con cuota Hilton), los mejores precios serán capitalizados por los exportadores norteamericanos.
Mientras nuestros principales competidores buscan y logran mejores condiciones de acceso para sus carnes a nivel internacional -a lo cual se debe sumar el inicio de las negociaciones por un nuevo acuerdo de libre comercio entre UE y Canadá-, en la Argentina no cumplimos fielmente las enseñanzas del Martín Fierro .
En forma sistemática, cada tres o cuatro años, puertas adentro, productores, frigoríficos, trabajadores, autoridades, legisladores, gobernadores y jueces, desatan una lucha de intereses sin cuartel en su busca por mejorar su porción de torta, dejando escasas energías para desarrollar estrategias de negociación que permitan expandir su tamaño.
En los casi treinta años de historia que tiene la cuota Hilton, en nuestro país nunca fue posible alcanzar un consenso interno entre los distintos actores y desarrollar una estrategia mancomunada y más ofensiva de inserción internacional. Esta falencia hizo perder posiciones en el tablero mundial a la carne argentina en forma gradual y continua.
En cambio, los enfrentamientos internos sí permitieron que durante el segundo trimestre del año pasado quedaran dentro del país 3000 toneladas de cuota Hilton, justo en el momento en el cual el precio internacional alcanzó un nivel máximo. Esto hizo perder la oportunidad de generar divisas extra por un total de 50 millones de dólares.
Este año se repetirá la historia, ya que, para cumplir con el cupo establecido por la UE y superar la parálisis, en los últimos meses los envíos de cortes Hilton promediaron las 3500 toneladas mensuales, cuando normalmente deberían oscilar en torno a 2300 toneladas. Todo esto repercute negativamente sobre el precio promedio percibido.
Al mismo tiempo, la Argentina desaprovecha la oportunidad de exportar 1000 toneladas más de cuota Hilton, ya negociadas y acordadas como compensación por los ingresos de Bulgaria y Rumania a la UE, pero que aún no están en firme, debido a la falta de acuerdo con la UE en lo referente a otros productos agropecuarios.
Sin duda, el mayor desatino es no desarrollar una estrategia de acceso a mercados en aquellos sectores, como el de la carne vacuna, con grandes chances de aumentar rápidamente la producción y las exportaciones de productos de alto valor, gracias a las conocidas ventajas competitivas y, por el contrario, quedarnos en la discusión interna del reparto de una cuota que lentamente se reduce en términos relativos para nosotros y se amplía para nuestros competidores.
Por supuesto, el curso de los acontecimientos no es inexorable.
LA Nacion


