El desplazamiento de la ganadería hacia zonas periféricas del país por el avance de la soja, sumado a la crisis estructural del sector y las ventajas comparativas de Mendoza, generan un mix propicio para la crianza de bovinos en la provincia.

Actividad que se ha fijado como objetivo posible el autoabastecimiento de carne con la posibilidad, incluso, de potenciar una salida exportadora de carne a Chile.

Pero para lograrlo, antes es necesario avanzar en la integración de la cadena productiva del sector, donde el Estado cumple un rol prioritario, afirman desde el sector.

De concretarse el autoabastecimiento de carne vacuna en Mendoza, cuya producción asciende a entre 500.000 y 600.000 cabezas de ganado, varios problemas se hubieran sorteado, como ser los faltantes de carne por los cortes de ruta, los aumentos de precios por ajustes en los combustibles o por efectos de la sequía; mientras que a futuro se podría mejorar la rentabilidad para el productor y los industriales locales.

"En Mendoza hay excelentes perspectivas para la producción de carne vacuna y su venta a Chile.

Primero por la calidad del producto y segundo por el acercamiento con este mercado", enfatizó Ricardo Ludueña, veterinario especialista en el tema.

Pero antes se deben sortear algunos obstáculos. Es prácticamente nula la integración de la actividad del engorde con las tareas de cría de los animales.

Lo cierto es que del total de la producción bovina de Mendoza, entre un 80% y 90% (unos 128.000 terneros en promedio) emigran hacia otras provincias (principalmente a Córdoba) para su engorde y, una vez superada esta etapa, vuelven a Mendoza como carne faenada o directamente el animal vivo que tiene como destino los frigoríficos locales.

Para revertir esta situación, Juan Carlos Guevara, representante del Instituto Argentino de Investigaciones de Zonas Áridas (Iadiza), sostuvo que "es necesario desarrollar la pastura bajo riego, ya que hay hectáreas aptas, principalmente en el sur de Mendoza, y por el clima se puede sembrar con alfalfa o combinada. Otra alternativa sería la de intensificar la práctica del engorde a corral".

Por su parte, Lucas Sbriglio, técnico agropecuario, especificó que "es importante apoyar la actividad de engorde bajo riego. Hay hectáreas aptas en la provincia, y con esta práctica resulta una carne mejor y más sana", puntualizó el especialista.

En cuanto a reducir los costos del maíz que se comercializa en Mendoza, también para engorde de ganado, Guevara sostuvo que "como el clima es apto, está la posibilidad incluso de cultivar el maíz en grano en la provincia, lo que reduciría los costos".

Incentivo

Para estimular la cría y la faena en Mendoza, el gobierno provincial a través de la Ley N° 6074 tiene en vigencia un plan de subsidios donde se compromete a entregar el 10% del precio del kilo del novillo engordado en la provincia cuando el animal alcanzó los 100 kilos, y un 5% extra, si además se faena en Mendoza.

Respecto a este estímulo, Guevara puntualizó que "a pesar de los retrasos en los pagos de la compensación que nos genera una pérdida por la inflación, la ley provincial ayuda.

Sin embargo para desarrollar la pastura bajo riego es muy necesaria la colaboración del Estado".

También es necesario mejorar la actividad de cría; disminuir el canon de riego; capacitar a la mano de obra; dar mayor apoyo financiero como, según reclaman, hacen en otras provincias; y elevar los precios del novillo para el productor.

Como respuesta, una buena noticia al respecto es que el Estado provincial estaría manejando una ayuda para el sector, que según lo indicaron altas fuentes del Gobierno, se anunciarían en la Fiesta de la Ganadería en General Alvear (ver aparte).

Mayor calidad

Mientras tanto y ante este panorama que se suscita en la ganadería vacuna local, es que la Universidad Maza de Mendoza realizará una investigación sobre la "Castración de la hembra bovina", que tendrá como fin agregar valor a través del engorde a las vacas viejas (de conservas) que presentan problemas de reproducción y que se terminan vendiendo a bajo valor para otros fines, como picadillos.

"Se trabajará en dos frentes, por un lado se apuntará a que los veterinarios se capaciten en la técnica, y por otro a que los productores conozcan esta alternativa, que es muy sencilla y a su vez rentable", explicó Ricardo Ludueña, quien será parte de la investigación.

Con esta técnica en vez de vender el productor una vaca entre $ 0,80 y un $ 1 el kilo, ésta se engordará y en unos 60 a 90 días se obtendrá más del doble, cerca de $ 2,80. Además, por la castración la vaca está más tranquila y la carne que surge de la misma es más tierna y rica, y por tanto más demandada".

Los Andes