Las últimas proyecciones ponen al área sembrada en valores cercanos a los 16.5 millones de hectáreas, lejos de la estimación de principios de campaña donde superar las 18 millones de ha parecía más que razonable. La sequía ya se llevó buena parte del trigo, produjo fuerte deterioro en los maíces y la soja no ha logrado implantarse en su totalidad. Tres aspectos que, a grandes rasgos, marcan el fuerte impacto que este evento climático esta produciendo en la capacidad de producción granaria del país. Obviamente la lechería y la ganadería también se encuentran muy afectadas por la falta de forrajes y pasturas.
Cuando se evalúan las reservas de agua útil considerando como cobertura una pastura que ha consumido a lo largo de todo el año, se refleja con claridad el triste panorama que genera la extensión de la sequía. Prácticamente no hay sitio donde la humead del primer metro de suelo sea razonable para mantener una pradera. Esto lo sufre tanto la actividad pecuaria como la lechería. El maíz también ha sufrido la falta de agua y la producción se verá fuertemente reducida por esta causa, sin embargo, posiblemente la sequía para este cultivo no haya sido tan rigurosa como la que ha en forma sostenida han venido sufriendo las praderas. Solo mejoras temporarias durante el invierno y parte de la primavera en la provincia de BA y le sur de SF, han permitido mantener una actividad que cada vez se vuelve más compleja por la falta de recursos forrajeros.
La diferencia de consumo respecto de la pradera, se traduce en una situación que aún se mantiene en niveles decorosos considerando la extrema situación dominante. El margen es escaso y las lluvias del fin de semana toman características casi de definición para las perspectivas de rendimiento de la soja en la franja central.
La demanda de precipitaciones para obtener un escenario sustancialmente mejorado respecto del actual parece poco probable de cumplirse. Serían necesarios más de 100 milímetros de lluvia en la mayor parte de la zona núcleo para que las sementeras de soja ingresen al período crítico sin estrés hídrico. Partiendo de esta base y analizando los pronósticos para lo que resta del mes enero, podemos decir que pueden darse precipitaciones capaces de mejorar las reservas respecto del estado actual. Sin embargo difícilmente los acumulados alcancen para satisfacer en forma adecuada las demandas hídricas que ya han comenzado a aumentar. Cabe destacar que lo sucedido en la zona de influencia de Gualeguaychú, puede repetirse en otros sectores de la zona núcleo. Para el domingo estos máximos pluviales tendrían mayor probabilidad de ocurrir en el noreste de BA. La dispersión geográfica de estas zonas mejor provistas puede generar una gran variedad de rendimientos, incluso en una escala relativamente pequeña.
Por CCA - exclusivo para Agrositio.com
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