La baja de 5 puntos porcentuales en las retenciones a las exportaciones de trigo y maíz, considerada por algunos la primera medida pro campo del Gobierno dejó un sabor a poco entre los productores. Una sensación que no mejoró con la promesa de nuevas reducciones de las alícuotas en proporción a una eventual mayor producción, ni tampoco con un destino redituable para los terneros overos, que ahora se sacrifican o regalan. Es que la decisión de la presidenta Cristina Kirchner no cambiará sustancialmente el escenario negativo determinado por la caída promedio del 50% en los precios internacionales de los granos, la trepada sin retorno del valor de los insumos, la intervención de los mercados y un año extremadamente seco.

Sin embargo, ante un Gobierno tradicionalmente intransigente ante los reclamos del agro, esta rebaja de retenciones alimenta la ilusión de un cambio en la relación oficial con el sector. Sobre todo, ante la perspectiva de una época menos propicia para la actividad económica. También permite pensar en que la Secretaría de Agricultura podría haber recuperado parte de su injerencia en el diseño de las políticas productivas, hasta ahora monopolizadas por el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, y el presidente de la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca), Ricardo Echegaray.

Pero las medidas oficiales también tienen otras lecturas. En primer lugar hay que señalar que los anuncios apuntan a dos actividades agropecuarias en crisis, la siembra de trigo y la ganadería.

En el caso del cereal, ante la pobre performance de esta cosecha en Agricultura existe gran preocupación por las próximas campañas. Cuando la trilla de trigo apenas llega al 30% del área sembrada, se espera que la recolección no alcance los 10 millones de toneladas, lo que convertirá a esta cosecha en la peor en más de una década. La intervención en el mercado interno por parte de Comercio Interior con el objetivo de mantener bajo el precio de la materia prima del pan ya cumplió tres años.

En la ganadería la situación es crítica, con un proceso de liquidación de vientres que acumula 25 meses y parece haberse acelerado con la caída de los precios internacionales y el cierre de mercados a causa de la crisis financiera.

En ambas situaciones, en caso de profundizarse las problemáticas, el riesgo cierto para 2009 y 2010 es la eventual necesidad de importar trigo o carne para satisfacer la demanda doméstica. En el Gobierno, los funcionarios políticos no lo plantean en estos términos, pero los técnicos lo reconocen abiertamente.

Aunque la baja de precios, la suba de costos y la sequía también afectan a la soja, el principal cultivo del país, la administración Kirchner se cuidó de no tocar las retenciones a ese producto, que sigue en el 35%. Un tercio de la cosecha vieja -unos 13 millones de toneladas- sigue en manos de los productores y, consecuentemente, todavía no tributaron los derechos de exportación. Allí sí se juega una parte de la caja recaudatoria oficial, que ya sufre la merma de la caída de las commodities. Tampoco hubo mención al girasol, el cultivo más golpeado por la caída de los precios: ahora está en 580 pesos la tonelada, pero llegó a estar en 1420 pesos en enero de este año.

Las medidas anunciadas por la Presidenta, que para la dirigencia rural son insuficientes, apenas fueron adelantos de trazos todavía muy gruesos. "Estamos trabajando en la instrumentación", dijeron en la Secretaría de Agricultura, donde las rebajas de las retenciones y los subsidios para los terneros overos vienen siendo trabajados desde hace cuatro meses. En la sede de esa cartera -en cuyo frente un viejo cartel dije definiéndola como Ministerio de Agricultura- están exultantes por haber sido tenidos en cuenta esta vez con algunas de las ideas que el equipo del secretario Carlos Cheppi venía trabajando desde que asumió. Aún sin madurar del todo, los anuncios fueron suficientes para levantar críticas en el campo.

Baja de retenciones

La Presidenta anunció que los derechos de exportación bajarán 5 puntos porcentuales, los del trigo pasarán del 28 al 23%, y los del maíz, del 25 al 20%. Todavía no se sabe qué pasará con las retenciones a los subproductos de estos granos, tradicionalmente beneficiados con una tasa menor.

Ante la fuerte caída de la producción el año próximo se exportará mucho menos trigo que en los precedentes, y a juzgar por la vigencia de las medidas de la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca), no será sencillo acceder a un mercado internacional mejor abastecido y con precios menos atractivos.

Según las fuentes, la baja de las retenciones implicarán una transferencia de ingresos del Fisco a los productores de entre US$ 145 millones y US$ 190 millones. Sin embargo, en los casos extremos, esta transferencia no cambiará sustancialmente la ecuación económica. Por ejemplo, en un campo alquilado de la zona núcleo un productor de maíz que ya había estimado una pérdida de US$ 183 por hectárea, ahora "sólo" perderá US$ 156 dólares. En el caso del trigo, un chacarero del oeste bonaerense que arrendando ya había asumido un quebranto de US$ 169 por hectárea corrigió levemente sus números: en su caso, la pérdida será ahora de US$ 148 dólares (ver aparte).

Si la rebaja de retenciones se traslada de los exportadores e industriales a los productores, los precios deberían mejorar "en US$ 8,5 por tonelada para trigo y US$ 6,5 para maíz. Pero hay que tener en cuenta que ya se vendieron entre 700.000 y un millón de toneladas de trigo nuevo y 500.000 toneladas de maíz con las retenciones anteriores", sostuvo Gustavo López, de la consultora Agritrend.

"Hoy, el 60% del área sembrada corresponde a soja, pero de este cultivo ni se habló. Si con esto pretenden castigarla, se equivocan, porque la soja sigue siendo el último refugio del productor", dijo el presidente de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi (ver aparte).

Baja adicional de retenciones por productividad

Según anunció la Presidenta, cuando el campo produzca más de 13 millones de toneladas de trigo o más de 15 millones de toneladas de maíz, el Gobierno bajará un punto porcentual de retenciones por cada millón de toneladas adicional. Pero para que esa rebaja se traduzca en incentivo, la producción según los expertos, debería trepar varios millones de toneladas, lo que será difícil en un contexto de control de precios y restricción de exportaciones.

Terneros overos

El Gobierno subsidiará el engorde en feed lots de los animales que ahora descartan los productores lecheros. Se estima que anualmente nacen en los tambos unos 600.000 terneros. Esta medida, que venía siendo discutida en el Grupo Lácteo -que reúne a las usinas, los tamberos, las provincias y el Gobierno nacional-, causó algunas risas entre los dirigentes agropecuarios.

"Yo no puedo regalarlos porque no vienen al campo a buscarlos porque para que sea negocio los tienen que retirar todos los días. ¿Un frigorífico va a venir a comprar lo que no quiere ahora ni regalado? Eso es otra broma o es otra forma de darle plata a los frigoríficos", dijo el tambero y presidente de la Sociedad Rural, Hugo Luis Biolcati.

Préstamos para capital de trabajo y prefinanciación de exportaciones para pequeños productores

Al cierre de esta edición, en la Secretaría de Agricultura desconocían los alcances de este proyecto, que sería instrumentado desde el Banco Nación. Tampoco estaba claro qué requisitos deberá reunir un productos para ser considerado pequeño productor o, en palabras de la Presidenta, no ser "grandes concentraciones de capital".

En síntesis, para el agro, las medidas del Gobierno además de ser insuficientes llegan tarde si pretenden estimular la producción.

José Crettaz
LA NACION

Los puntos centrales

10 millones de toneladas

La peor trilla de trigo en 10 años

20% ha menos de maíz Se espera que caiga la siembra

5% puntos bajan las alicuotas

El Gobierno anunció que destinará esa cifra en préstamos para prefinanciación de exportaciones y capital de trabajo de pymes agropecuarias.

1700 millones de pesos

Mediante un mecanismo todavía por definirse, se incentivará el engorde de los terneros de tambo que actualmente se regalan o sacrifican.

600 mil terneros

Mediante un mecanismo todavía por definirse se incentivará el engorde de los terneros de tambo que actualmente se regalan o sacrifican