Los dirigentes del campo también fustigaron la cifra destinada por el Ejecutivo a paliar los efectos de la severa sequía en el norte del país. "Son sólo títulos", se quejaron Eduardo Buzzi, de la Federación Agraria, y Hugo Luis Biolcati, de la Sociedad Rural. "Nadie está pidiendo dinero. Se está pidiendo un cambio de políticas, la posibilidad de operar en mercados que están totalmente trabados", explicó Biolcati, relativizando el efecto que pueda tener la ampliación del presupuesto de Agricultura en 810 millones de pesos. La mayoría de ese dinero será para pagar compensaciones a la industria alimenticia y sólo 30 millones se destinarán a enfrentar los problemas provocados por la falta de lluvias. Buzzi calificó esa decisión como "una falta de respeto" a los productores, ya que ese dinero podría alcanzar sólo par atender a "500 de los 10.000 afectados".

Aunque el jueves ambas partes volverán a verse las caras en una reunión sobre lechería, el incipiente diálogo entre Cheppi y las entidades rurales parece haber ingresado en vía muerta. De allí que la Comisión de Enlace haya decidido redoblar las protestas en el interior del país, aunque sin pensar todavía en convocar a un posible paro. Más bien, sus dirigentes descartan esa posibilidad. "No vamos a colaborar para que el Gobierno oculte detrás de un paro del campo los múltiples problemas que enfrenta", señaló uno de ellos. Sin chance por ahora de establecer un diálogo fructífero con las autoridades, Luciano Miguens (Sociedad Rural), Mario Llambías (CRA), Pablo Orsolini (Federación Agraria) y Fernando Gioino (Coninagro) aprovecharon ayer para reunirse con el titular de la Pastoral Social, Monseñor Jorge Casaretto, a la vez coordinador del Foro Justicia y Paz. La reunión duró más de una hora y abordó la problemática de la pobreza rural. "Le pedimos al campo que en cualquier proyecto agropecuario se tenga en cuenta a los más pobres", señaló Casaretto.