Por Laura Capriata
De la Redacción de LA NACION
Llegó casi solo y de incógnito, pero en apenas 50 minutos revolucionó la muestra. Ovacionado por el público, el vicepresidente Julio César Cleto Cobos pasó ayer por la Rural y se convirtió en la gran atracción del día y el personaje más aplaudido de todos los que pasaron por el predio de Palermo.
Tanto revuelo sólo hizo más notorio este nuevo desafío del vicepresidente a la posición tomada por la Casa Rosada y su gesto a favor del campo, aunque el propio Cobos pidió a LA NACION "sacarle dramatismo" al tema y dijo que estaba ahí "como un ciudadano más".
Fiel a su costumbre, el vicepresidente usó una de cal y una de arena para referirse al Gobierno. "La Concertación tiene que empezar a funcionar, porque hasta ahora no funcionó, no hubo participación en las decisiones del Gobierno", le reprochó al oficialismo y repitió que su sector, el radicalismo K, pretende "aportar su visión" a la gestión.
Sin embargo, cuando LA NACIÓN le preguntó qué opinaría la Presidenta de su presencia en la muestra, rescató la convocatoria oficial de ayer al campo y la elogió por su decisión de atender a la prensa.
"Vine a cumplir la promesa que hice a los dirigentes", explicó Cobos cuando entró por la puerta de la calle Sarmiento, ante la sorpresa de la prensa y los visitantes. Los más conmocionados fueron el presidente y el vicepresidente de la Sociedad Rural, Luciano Miguens y Hugo Luis Biolcati, que se enteraron de que Cobos estaba en la muestra mientras almorzaban, y corrieron a acompañarlo.
"Vengo de visita como cualquier otra persona", insistió el vicepresidente antes de entrar a saludar a su famoso homónimo, el toro Cleto, bautizado así en su honor. "Cobos, sos el mejor", le gritó uno de los peones.
Un poco por el apuro y otro poco para insistir en que iba "como un ciudadano común", Cobos llegó a la Rural casi solo, sin voceros ni asistentes. Sólo lo acompañaron su custodio y el director de Relaciones Institucionales del Senado, Néstor Majul, un mendocino de su confianza.
Horas de frenesí
Centro del frenesí popular, en su recorrida respondió preguntas de productores, recibió regalos y se sacó centenares de fotos, algo incómodo por el descontrol que provocaba su paso. Cobos tenía planeado desde hacía mucho visitar la exposición, pero el plan de Cristina Kirchner de viajar a Bolivia [finalmente no fue] lo obligó a apurarse.
Cerca de la una y media, apenas el escribano de Gobierno le confirmó que a las 3 quedaría a cargo del Poder Ejecutivo, salió disparado hacia la Rural. El vicepresidente quiso recorrer la muestra del campo antes de que Cristina Kirchner dejara el Gobierno en sus manos, aunque fuera formalmente. Cuando entraba, le avisaron que la Presidenta había suspendido su viaje, pero los ruralistas no lo sabían. "El último presidente que vino, [Néstor] Kirchner, trajo patota propia que lo aclamó. Este vino solito, todos los seguidores son auténticos", bromeó Biolcati a la prensa, creyendo que Cobos había quedado en ejercicio de la presidencia.
Aunque el grupo de radicales K cercano a él le recomendó abstenerse porque su visita sería leída como una "provocación" a la Casa Rosada, el vicepresidente consideró que no ir a la inauguración era un gesto suficiente hacia el Gobierno. "El siempre dijo que no iba a ir a la inauguración, pero no dijo nada de pasar otro día", explicaban en el entorno de Cobos.
No conforme con su visita a la Rural, Cobos se hizo un tiempo para llamar a Carlos Menem, enemigo declarado del kirchnerismo, internado en La Rioja por una infección urinaria.
Sus voceros insistieron en que "hace lo mismo con cualquier senador enfermo", y recordaron cuando visitó a la vicejefa de gobierno porteño, Gabriela Michetti, cuando la operaron.
Antes de dejar la Rural, le preguntaron a Cobos por qué no había asistido nadie del Gobierno a la muestra. "No sé, habría que preguntarles", contestó. "Pensé que me iba a decir que usted era del Gobierno", remató el notero de un programa de humor político.
Cobos, risueño, no dijo nada, enfiló hacia la puerta, y entre apretujones, se subió al auto que lo había traído.
Con la colaboración de: Mercedes Colombres


