Hace más de 10 días que no cruza una palabra con la presidenta Cristina Kirchner. Pero a sus allegados el vicepresidente Julio Cobos les dice que esto no lo preocupa, que se debe solucionar "de inmediato" el conflicto con el campo, y está convencido de que para destrabar la crisis inevitablemente el oficialismo tendrá que flexibilizar su postura y hacer una mínima modificación en la polémica resolución 125 de las retenciones móviles sobre el trigo y la soja.

Cobos siente en estos días el vacío que le hizo el poder kirchnerista por su postura dialoguista. Fuentes oficiales aseguran que ministros y dirigentes que transitan la Casa Rosada lo han dejado de ver. A diferencia de ello, en el Congreso mantiene un fluido diálogo con el presidente provisional del Senado, José Pampuro, y sigue las negociaciones de la Cámara de Diputados en contacto permanente con el jefe de la bancada oficialista, Agustín Rossi.

En los últimos días Cobos recibió el llamado de varios dirigentes del radicalismo K y del peronismo disidente para felicitarlo por romper con el esquema confrontativo de los Kirchner. Pero según pudo saber LA NACION, el vicepresidente no quiere sacar rédito político de ello y optó por el bajo perfil y la escasa exposición pública.

Más bien, su estrategia seguirá siendo la de recibir a todos los sectores involucrados en el conflicto para buscar una solución. Ya se reunió con los gobernadores Juan Schiaretti (Córdoba), Hermes Binner (Santa Fe) y Alberto Rodríguez Saá (San Luis), con el cardenal Jorge Bergoglio y espera reunirse con otros gobernadores.

Los allegados a Cobos aseguran que el vicepresidente mantiene un diálogo telefónico todos los días con los titulares de la Federación Agraria y de la Confederación Rural Argentina, Eduardo Buzzi y Mario Llambías, respectivamente. En estas conversaciones, a Cobos se lo escuchó decir: "Estamos a unos centímetros del acuerdo". Pero para arribar a ese acuerdo el vicepresidente cree que inevitablemente se le debe hacer un retoque, por pequeño que sea, a la resolución 125. De manera contraria, analizó en las últimas horas, el conflicto continuará y se agravará con nuevos cortes de rutas.

Cuando Cobos dialoga con Llambías y Buzzi hablan de bajar en dos o tres puntos el aumento a las retenciones dispuesto por el Gobierno. Sería "un gesto" que podría dar el oficialismo para descomprimir la actual situación de tensión social.

La fundamentación

En este análisis el vicepresidente deslizó en la intimidad de las reuniones que mantuvo con sus colaboradores y dirigentes del radicalismo K que la baja del dólar que se vio desde que aumentaron las retenciones el 11 de marzo hasta hoy sería la mejor excusa para fundamentar una mofificación de la polémica resolución.

De esta manera, ante la opinión pública el Gobierno evitaría quedar como que cedió terreno, justificaría una baja a las retenciones en la disminución de la cotización del dólar y solucionaría a la vez el conflicto.

Pero en el caso de que no se logre este objetivo, Cobos y los legisladores radicales que le responden no descartan la idea de apoyar el proyecto de ley del diputado Felipe Solá tendiente a dar una solución. Esa iniciativa propone ratificar la resolución 125 aunque en su artículo segundo establece una nueva fórmula para el cálculo de este tributo, "no pudiendo en ningún caso establecer una alícuota marginal mayor al 55 por ciento".

A su vez, la propuesta de Solá que cuenta con el apoyo de varios diputados del PJ achica aún más la curva de las retenciones a medida que aumentan los precios de los granos para garantizar el funcionamiento de los mercados de futuros. Por ejemplo, de acuerdo con la tabla de cálculo de la fórmula de Solá, a los actuales precios de la soja (565 dólares la tonelada) el productor pagaría el 40,5% de retenciones en lugar del 47,5% previsto por la actual resolución.

Cobos cree que una solución de estas características sería bienvenida por las entidades del campo y se destrabaría el conflicto. Pero, por ahora, la crisis persiste y el vicepresidente se abocará a sus funciones protocolares y al nuevo papel de funcionario "díscolo".

Por Martín Dinatale
De la Redacción de LA NACION