El Gobierno retomó ayer, sigilosamente y de manera extraoficial, las vías de negociación con la dirigencia rural para convencerla de que normalice la comercialización de granos y así retomar el diálogo formal.
La Casa Rosada apeló a nuevos interlocutores, tanto internos como externos, para enviar mensajes al campo. Lideraron las tratativas el ministro de Planificación, Julio De Vido; el secretario de Transporte, Ricardo Jaime; el vicepresidente Julio Cobos; el líder camionero y titular de la CGT, Hugo Moyano, y el presidente de la Federación Argentina de Entidades Empresarias de Autotransporte de Cargas (Fadeeac), Luis Morales. Este último gremio, sumado a los transportistas autoconvocados, corta las rutas en gran parte del país en reclamo de que se solucione el conflicto.
El mensaje: que el Gobierno se comprometía a reanudar el diálogo si el agro normalizaba la comercialización de granos.
Si bien la comisión de enlace de las cuatro entidades agropecuarias levantó el paro la semana pasada, los productores, en los hechos, mantienen sin vender la producción.
El reclamo agrario sigue atado a una eventual modificación de las retenciones. El Gobierno había intentado dar por cerrada esa discusión a partir del plan anunciado por la presidenta Cristina Kirchner según el cual lo recaudado por la suba al impuesto a las exportaciones será destinado a obras en hospitales, viviendas y caminos rurales.
La nueva "tropa" de interlocutores comenzó sus acciones anteayer. De Vido y Jaime se reunieron con Morales, a quien le pidieron que les transmitiera a los dirigentes agropecuarios la postura oficial. Rápidamente, el presidente de la Fadeeac ofició de anfitrión de un encuentro, ayer, de 15 a 18, con los ruralistas. La sorpresa: se sumó también Hugo Moyano, hombre siempre funcional a los intereses de la Casa Rosada.
Gracias a su amistad con Morales, De Vido logró así meterse de lleno en la negociación para destrabar el conflicto, que se agudiza con el correr de las horas por el peligro inminente de desabastecimiento ante los piquetes de los transportistas de cereales.
Según supo LA NACION de fuentes del transporte, del Gobierno y del campo, Morales recibió en la sede de su entidad, en Sánchez de Bustamante 54, en esta capital, a un grupo de dirigentes agropecuarios; entre ellos, Luciano Miguens, de la Sociedad Rural; Mario Llambías, de Confederaciones Rurales Argentinas, y Ulises Forte, de Federación Agraria. Tanto Moyano como Morales transmitieron la postura gubernamental.
Otra de las nuevas voces a las que apeló la Casa Rosada fue a la del vicepresidente Julio Cobos, que llamó anteayer a Llambías. En ese diálogo telefónico le propuso avanzar en todos los temas que quiere abordar el campo. Segun relató a LA NACION una fuente del oficialismo, Cobos transmitió que "las retenciones son un tema cerrado", pero si se podrían debatir "otras cuestiones". El argumento fue que la Casa Rosada está dispuesta a hacer todas las mejoras que el campo reclame en la instrumentación de las medidas anunciadas y otras por venir.
Según otras fuentes, cercanas a los ruralistas, Moyano les habría transmitido que el Gobierno estaría dispuesto a modificar las retenciones móviles y negociar bajas en las alícuotas. Además, se discutiría un Plan Quinquenal con propuestas para la carne y la leche.
De todas formas, el oficialismo planea hacer más anuncios, como el de la liberación de un millón de toneladas de trigo para exportar que lanzó anteayer. Sería inminente, en ese sentido, un acuerdo para el sector lechero.
Oferta
"Si la Corte finalmente dice que no a las retenciones, les devolvemos la plata", lo tentó el vicepresidente de la Nación a Llambías. El dirigente rural quedó en contestar, pero hasta anoche no hubo una nueva comunicación.
Los ruralistas caminan con pie de plomo ante la nueva etapa de negociación, y por eso ayer mantuvieron un hermetismo absoluto. "Sabemos que caminamos sobre una cornisa y no queremos que se corte esta mínima posibilidad para volver a la cordura", reconoció un dirigente del sector a LA NACION.
Ayer, la Comisión de Enlace también recibió a directivos de la Federación del Transporte Automotor de Carga (Fatac), con fuerte presencia en Santa Fe. Allí, los transportistas les pidieron a los dirigentes del campo que vuelvan a vender granos.
En concreto, la Fatac centró sus reclamos en que el agro comercialice soja durante al menos un mes para aliviar la situación de los cerealeros.
"Primero, que la Casa Rosada convoque al diálogo; después, la gente sola volverá a comercializar. Hoy no lo hacen por falta de confianza en el Gobierno", sostuvo otra fuente rural.
Todos los dirigentes agropecuarios apelaron anoche a la extrema cautela. Son escépticos, pero tampoco quieren que se cierre la puerta de diálogo abierta en las últimas horas.
Por Mariana Verón
De la Redacción de LA NACION


