Necesitaban agua para que el cultivo terminara bien la etapa de llenado de grano, pero en algunas zonas las precipitaciones fueron excesivas. Esto paralizó la trilla y por varios días más no se podrá entrar a los lotes con las máquinas. Seguramente habrá mermas en los rindes y pérdida de calidad de grano.

El responsable del Observatorio Agrometeorológico del INTA Paraná, José Saluso, informó que ayer cayeron sobre esa Estación Experimental, ubicada en Oro Verde sobre el kilómetro 12,5 de la ruta 11, 66,4 milímetros de agua y, en los primeros diecisiés días de abril el registro se ubica en 162,3 mm. Esta cifra significa que “ya llovieron 57 mm más que lo normal” para el cuarto mes del año en nuestra zona.

Si a lo precipitado en abril “se suman los 42,3 mm caídos el último día de marzo, la cantidad de agua en los últimos diecisiete días asciende a 204,6 mm”. Este milimetraje permitió, en el área de influencia de la EEA Paraná, “una muy buena recarga” de los perfiles edáficos que necesitaban humedad ante la sequía soportada en febrero y casi todo marzo.

La recomposición, en general, se extendió en mayor o menor medida a todos los departamentos del oeste entrerriano y a algunos del centro como Villaguay, por ejemplo. En Concordia, Colón, Tala y Uruguay, en tanto, la situación mejoró en las últimas horas aunque los registros fueron significativamente menores que los de la costa del Paraná. En Feliciano, por último, las lluvias fueron escasas por lo que los suelos aún necesitan más humedad para recuperarse adecuadamente.

Saluso, asimismo, precisó que “en abril la pérdida de agua de los suelos por evapotranspiración, en términos medios, es de 3 mm por día por lo que, aun en el caso de que no llueva más, los suelos tendrán humedad para un buen arranque de la siembra del trigo y el lino, cultivos que necesitan agua en los perfiles para su desarrollo fenológico inicial.

LA GRUESA. Claro que estas lluvias, bienvenidas para la fina, complican cada vez más la trilla de soja y sorgo. El caso de la oleaginosa preocupa —y mucho— a los productores que se jugaron con todo para aprovechar las buenas cotizaciones porque no hay piso para que las cosechadores entren a los lotes. La demora, que podría extenderse al menos por unos diez días, generará una merma importante de rendimientos y de calidad del grano cosechado con la consiguiente pérdida para los bolsillos de los productores.

Algunos, apremiados por sus necesidades financieras, tratarán inluso de entrar a los lotes con el terreno blando, aun con el riesgo de un deterio en la estructura de los suelos. Es que los rindes de la soja de primera han estado por debajo de las expectativas iniciales y, después de estas llluvias, no se sabe qué pasará con la de segunda. Los sojeros, entonces, temen perder la apuesta qaue hicieron al inicio de la campaña.