Las estimaciones iniciales ubican el incremento entre el 15 y el 20 % por lo que se podría llegar a una implantación cercana a las 300.000 hectáreas. Las últimas lluvias, que recargaron los perfiles, permitirán arrancar bien la siembra. Los rindes de la soja y los valores de los arrendamientos jugarán un papel clave en el hectareaje final.

Mientras la cosecha de soja está totalmente paralizada en buena parte de la provincia por las lluvias que se han sucedido en los últimos quince días, productores y técnicos están empezando a analizar la campaña de granos finos cuya siembra se llevará a cabo entre mayo y junio próximos.

Aunque los porcentajes difieren, hay coincidencias en que este año se incrementará el área destinada a trigo y lino en Entre Ríos. Para el cereal, las primeras estimaciones ubican ese aumento entre el 15 y el 20 %.

OPINIONES. Alejandro García, responsable de la Delegación Paraná de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación de la Nación (Sagpya), estimó que “habrá un incremento” en el área sembrada que calculó en “un 20 %” para el trigo y “un 30/35 %” para el lino, aunque “es muy temprano” aún para hacer un cálculo más preciso. Primero, agregó, “tenemos que ver cómo termina la soja ya que hasta ahora los rendimientos han sido muy dispares —entre 10 y 26 quintales en la misma zona— en las de primera y todavía es una incógnita lo que sucederá con las de segunda”.

Esta realidad, vale remarcarlo, no es menor porque en general los rindes de la soja están bastante por debajo de las expectativas iniciales de los productores entrerrianos que se jugaron con todo a la oleaginosa estrella convirtiendo a la geografía entrerriana en una suerte de desierto verde. Los números finales de la soja, entonces, tendrán una directa incidencia en la implantación de fina. García, en este sentido, opinó que aquel productor al que “le haya ido relativamente mal en los rindes con la soja se va a tirar de inmediato al trigo y de vuelta a la soja”.

Desde la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, en tanto, indicaron que las primeras evaluaciones sobre la intención de implantación de trigo permiten hablar de “un probable aumento del área sembrada del orden del 15 %”, aunque ese incremento está supeditado a varios factores, entre ellos, la finalización de la trilla de soja.

José Manuel Pérez, técnico de la entidad cerealista, precisó que recién “en el transcurso de mayo y junio, como ocurre todos los años, se irá definiendo la intención de siembra, que, seguramente, será incentivada en la medida que estas lluvias recarguen adecuadamente los perfiles del suelo. También incidirá la información que brinden los pronósticos meteorológicos para los meses de septiembre y octubre”.

A nivel provincial, indicó que “el crecimiento que experimente el área sembrada con trigo, fundamentalmente, se obtendrá de los productores que siembren en tierras propias y necesitan realizar rotaciones”.

Desde el ámbito privado, Adrián Valín, asesor técnico y comercial en Entre Ríos de la firma Relmó, recordó que “hace un mes y medio la intención de siembra de trigo era espectacular. Todo el mundo iba a sembrar. Pero a medida que se fueron conociendo los rindes de la soja, las expectativas cambiaron” y muchos que ya habían decidido hacer trigo comenzaron a dudar porque, además, “febrero y marzo fueron meses secos”.

En los últimos días, la firmeza de los precios y las lluvias que recargaron los perfiles —el trigo se desarrolla en sus primeras etapas con la humedad del suelo— volvieron a cambiar el humor de los productores por lo cual Valín estimó “entre un 15 y un 20 % el aumento del área sembrada” con el cereal. “En números redondos vamos a andar cerca de las 300 mil hectáreas contra las casi 250 mil del año pasado”, pronosticó.

ARRENDATARIOS CAUTELOSOS. De todos modos, recién se podrá tener un panorama más claro “muy cerca de la fecha de siembra” porque hasta el momento “los que están decididos son los productores propietarios de sus tierras”. El que arrienda, en tanto, “esperará un poco más para tomar una decisión”. Este tema, para Valín, es significativo pues de acuerdo a “los rindes que se están obteniendo en la soja —inferiores a los esperados— muchos creían que los valores de los arrendamientos iban a bajar pero, sin embargo, siguen iguales o más caros. Y esos valores tiran para atrás la siembra de trigo”.

Para destacar

Hipótesis. Si en la campaña 2004/05 se mantiene el promedio de 26 qq/ha de la última zafra y se llega a las 300.000 hectáreas sembradas, como indican algunas estimaciones, la producción entrerriana de trigo podría llegar a unas 780.000 toneladas, es decir casi un 20 % más que en 2003/604. Los productores y el clima tendrán la última palabra.

Datos importantes

* En la campaña 2003/04 se sembraron 243.500 hectáreas, el 1,54 % menos que en el ciclo 2002/03.

* La merma, a pesar de los buenos precios, se debió al temor de los productores al Fusarium que en campañas anteriores había diezmado los cultivos.

* La fusariosis, sin embargo, no fue significativa en el último ciclo.

* Pese a la menor implantación, la producción creció y llegó a 650.990 toneladas, el 68,02 % más que en la zafra anterior.

* El rinde promedio en 2003/04 fue de 2.673 kilogramos por hectárea.

Danilo Lima