Lejos de encontrar una solución final al problema de su endeudamiento con el
Banco Nación, en el interior hay unos 6500 productores que todavía no pudieron
llegar a un acuerdo con esa entidad para poder sanear la situación financiera
de sus empresas.
Pese a los reiterados reclamos de algunas de las entidades gremiales
empresariales, y hasta las promesas por parte del Gobierno de que antes de fines
de marzo se iba a buscar un mecanismo para resolver definitivamente el problema,
e incluso para bajar la tasa del 18,85%, considerada muy alta por los dirigentes
del agro, aún hay cientos de casos de productores que, más allá de su
voluntad para pagar, siguen enfrentando dificultades para poder hacerlo.
El mayor problema no lo viven los productores que se encuentran en el corazón
de la pampa húmeda, donde la soja, cultivo que hoy se cotiza a 245 dólares por
tonelada, les aporta importantes ingresos, sino quienes afrontaron situaciones
de sequía, inundaciones o, simplemente, producen en zonas que no les permiten
obtener suficientes ganancias para cancelar sus pasivos.
"No sé qué hacer, porque, aunque en febrero del año pasado pagué unos
20.000 pesos de intereses, aún no solucioné nada. Además, cuando quise poner
otros 7000 pesos para arreglar, el banco los rechazó", dijo Héctor
Serier, productor de la zona de Tornquist, en el sur de la provincia de Buenos
Aires.
En esa zona semiárida produce trigo con un rinde de algo más de 1500 kilos por
hectárea, dos veces menos que lo que se obtiene en el sudeste de la provincia.
Difícil de pagar
Entre intereses y gastos acumulativos, Serier cree que hoy su deuda podría
ubicarse en torno de los 160.000 pesos, cifra que estima difícil de pagar en lo
inmediato, sobre todo porque el año pasado sufrió una sequía que afectó más
del 80% de su campo. "Acá, con lo que se produce, sólo se pueden pagar
los intereses. El banco tiene que hacer algo para achicar las deudas en casos
como éstos", subrayó.
Mayor endeudamiento
Rubén Martínez, productor que también tiene su campo en la zona de Tornquist,
se encontró una vez en su casa, en septiembre de 2003, con una carta que lo
intimaba a pagar el total de una deuda que, con la suma de intereses, se fue a
más de 80.000 pesos.
"Ya estábamos pagando. Es más: cuando nos pasó eso, fuimos al banco para
arreglar y tratar de cancelar, pero observamos que, por el CER, la deuda se
incrementó un 40%", manifestó.
Según comentó Martínez, pese a que en 2002 pagó 25.000 pesos entre intereses
y gastos, todavía no logró notar una reducción considerable de su deuda.
"Yo quiero pagar. No pido una quita del 75% como la que el Gobierno les
ofrece a los acreedores externos, pero sí que nos propongan algo más que lo
actual", afirmó el productor.
Además de la cancelación, el banco ahora le efectuó a Martínez una propuesta
para hacer una hipoteca a ocho años de plazo con un 3% de gastos.
Héctor Badano, productor de la zona de Lincoln que durante ocho años tuvo el
80% de 750 hectáreas bajo agua, también enfrenta complicaciones para negociar
una deuda de unos 180.000 pesos.
"En un momento quisimos arreglar y no pudimos, a pesar de que teníamos las
fotos satelitales con el campo inundado y los certificados de desastre
agropecuario", contó Badano, que anteayer hizo un depósito de 30.000
pesos por cobro no aplicado y, de esta manera, se acercó a una refinanciación.
Más allá de la falta de una solución definitiva al endeudamiento, a las
entidades del agro les preocupa la tasa del 18,85%, porque la consideran muy
alta.
En este sentido, Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), la Sociedad Rural
Argentina (SRA) y Coninagro reclamaron una reducción. Fuentes de una entidad
gremial dijeron que en los próximos días el Gobierno ofrecería subsidiar la
tasa con adelantos del Tesoro Nacional, para que, en un principio, se ubique en
torno de no más del 12 por ciento y luego alrededor del 9 por ciento.
Por Fernando Bertello
De la Redacción de LA NACION


