Los deudores de créditos hipotecarios, prendarios y personales pesificados
deberán a los bancos desde este mes hasta un 2,08% más, producto de la
aplicación -sobre el capital prestado remanente- de la suba que acumuló en
febrero pasado el Coeficiente de Variación Salarial (CVS), es decir, el
mecanismo por el que esas deudas serán indexadas hasta mayo.
El dato, difundido ayer por el Instituto Nacional de Estadística y Censos
(Indec), no sólo hace subir el monto de la deuda que muchos tienen con los
bancos, sino que también puede impactar sobre las cuotas que pagan.
La actualización de las deudas por CVS se aplicará hasta mayo a los créditos
personales de hasta 12.000 pesos o dólares en origen, prendarios de hasta
30.000 e hipotecarios de hasta 250.000. Según datos de mercado, son poco más
de 430.000 los argentinos que tienen contraídas deudas que se indexan por medio
de este método.
Desde octubre de 2002, cuando comenzó a aplicarse, esas deudas pueden haberse
visto incrementadas hasta un 22,36 por ciento, aunque el impacto varía en cada
caso según el momento en que se tomó el crédito y la tasa a la que se lo
pactó. Pero si se toman sólo los últimos nueve meses, el aumento llega al
19%, lo que llevó al Gobierno a derogar su aplicación desde el mes próximo.
Entonces, estos créditos volverán a las condiciones originales, con un tope de
tasa de hasta el 12,83% nominal anual para los hipotecarios; 16,31% para
prendarios y 25,98% para créditos personales. En el caso en que el interés
pactado al momento de tomar el préstamo hubiera sido menor a estos topes, los
bancos deberán volver a aplicar esas tasas.
La nueva suba fue impulsada por el traslado de la última de las ocho cuotas en
las que se prorrateó el aumento de 200 pesos en los salarios privados,
concedido por decreto para paliar los efectos de la crisis y los desajustes que
la fuerte devaluación generó en el poder adquisitivo de los asalariados.
El consuelo para los deudores es que ya no volverá a incrementarse por este
efecto; el desconsuelo, que al ajuste por esta vía le que queda un capítulo
más, que impactará sobre las cuotas y el capital adeudado a mayo.
Empujado por el sector privado
Con el alza informada ayer, el CVS acumuló su undécimo aumento consecutivo y
registró la decimonovena variación positiva desde julio de 2002, es decir, al
cabo de las últimas 20 mediciones.
Pero lo que más inquieta a los deudores es el ritmo que alcanzó el ajuste en
los últimos meses, que promedió un 2,2 por ciento mensual, pese a que cuando
se anunció la incorporación de los incrementos salariales a su cómputo se
había calculado un impacto mensual menor, del 1,83 por ciento.
El CVS se basa sobre el índice de salarios, pero a diferencia de éste no toma
en cuenta las cifras no remunerativas.
El salario del sector privado creció nominalmente más del 44% desde la salida
de la convertibilidad, siguiendo la inflación minorista; los sueldos "en
negro" apenas el 7,20%, y los del sector público el 6,57 por ciento. Esto
muestra que el crecimiento del CVS no fue mayor merced al achatamiento de los
salarios públicos y privados no registrados.
En lo que respecta a febrero, el CVS en el sector privado mostró una variación
positiva de 3,24%, mientras que en el no registrado subió 1,55% y en el sector
público no hubo variaciones.
En tanto, el índice de salarios (que excluye en su cálculo a las sumas no
remunerativas) creció en febrero 1,71%, siendo la variación respecto del
período base (octubre de 2001) del 25,68 por ciento.
El CVS se diseñó para morigerar el impacto del salto inflacionario provocado
por la desordenada salida de la convertibilidad, a principios de 2002 (que se
reflejaba en el CER, que sigue la evolución de los precios minoristas), y
ayudar así a los deudores a afrontar el pago de sus créditos.
Pero a poco de andar, los precios se estabilizaron y los salarios comenzaron a
recuperar una parte de lo que la crisis y la devaluación les quitaron, por lo
que mientras el CER se estancó el CVS se disparó para desvelo de los deudores.
Por Javier Blanco
De la Redacción de LA NACION


