UN AFLORAMIENTO VERTIGINOSO
Para finales del año pasado se transitó por un escenario que encuentra similitudes con las previsiones que muestran los modelos para la evolución del ENSO en este último trimestre del año. Desde comienzos de septiembre se ha visto un afloramiento de aguas frías con una dinámica que ya deja valores diarios de las aguas superficiales hasta con un grado por debajo de los valores medios. Debemos tener en cuenta, que para que el fenómeno oceanográfico sea validado, se promedian al menos cuatro semanas. Justamente a lo largo de este período de análisis, el enfriamiento se ha sostenido sin salir en forma significativa de la neutralidad, pero evidentemente la marca oceánica está presente. El otro indicador de relevancia es el SOI, que es el intenta esclarecer el acople océano-atmosfera. En este aspecto, la situación está mucho más instalada del lado de la neutralidad. En consecuencia, estamos en un estado de monitoreo por la posible aparición de un fugaz fenómeno La Niña en estos últimos meses del año.
El grafico generado por el Servicio Meteorológico de Australia, un instituto de alta relevancia junto con la NOA en el monitoreo y la estandarización de los pronósticos del ENSO, presenta una posición de neutralidad por estas fechas (flecha azul). Se está previendo sin embargo, que el enfriamiento oceánico converja sobre un débil escenario La Niña entre octubre y noviembre, ya saliendo de esta posición durante diciembre. En una interpretación pesimista de este gráfico podríamos decir que la última parte del año será bajo señal La Niña. Partiendo de la foto actual que muestra el Pacifico Ecuatorial central, es indudable que el enfriamiento ha resurgido, su injerencia sobre la atmosfera entendemos que tiene pocas chances de ser relevante.
Volviendo a la comparación inicial, la campaña pasada tuvo una salida del invierno y un comienzo de primavera en condiciones antagónicas respecto de las actuales y eso no es una condición menor. Hoy hay un respaldo de reservas que el año pasado no estaba. La última parte de octubre y noviembre de 2024, incluso el comienzo de diciembre, fueron buenos en cuanto a lluvia, el saldo negativo de las lluvias apareció en la segunda quincena de diciembre y buena parte de enero. Si bien estaba presente La Niña, la misma siempre se sostuvo en forma muy débil. Su impacto quedo fortalecido por condiciones de escala regional negativas que entendemos mucho más relevantes para la explicación de aquel pulso seco.
En consecuencia, volvemos a un escenario que tiene ciertas similitudes en el patrón de escala planetaria, pero por el momento con un funcionamiento de la circulación de escala regional muy distinto, sobre lo cual no vale la pena explayarnos, más allá de lo que venimos monitoreando. Obviamente se ven áreas donde son recurrentes lluvias innecesarias que sostienen un contexto hídrico desfavorable y otras que en septiembre han mostrado un retroceso. A gran escala, fuera de las zonas inundadas de la provincia de BA, prevalece el estado adecuado u optimo del estado de reservas, lo cual difícilmente se modifique para el tránsito de lo que resta de la fina y las siembras de la gruesa. Volvemos a tener un mayor grado de incerteza en la transición diciembre enero, pero muy posiblemente no sea La Niña el factor que pueda definir algún temporario retroceso pluvial a gran escala en esta campaña.


