Los astros se alinearon en contra del precio de la soja.

Veamos…

¿Qué pasa con la producción en EE.UU.?

Las buenas condiciones climáticas que benefician el desarrollo de los cultivos -no sólo de la soja, también del maíz- en el cinturón sojero/maicero, en los principales Estados agrícolas.

Las oportunas precipitaciones en la región actuaron como fuertes depresores de los precios, en un contexto donde la demanda china por mercadería de EE.UU. está prácticamente ausente.

A ello se agrega lo publicado, este lunes, por el USDA.

Un inesperado incremento en los stocks estadounidenses, allí publicado, resultó en un inquietante adormecedor de la demanda que prevé un aumento en la oferta.

Los stocks llegaron a 1.008 mil millones de bushels, al 1 de junio. Así, tal volumen viene a supera las estimaciones de los analistas.

Según tal estimación habría 27,43 millones de toneladas, por encima del nivel de 26,67 millones previstos en promedio por los privados y es casi un 4% superior al volumen de 26,40 millones de igual momento de 2024.

El petróleo, otro dolor de cabeza

Otro elemento negativo para la soja es el del precio del petróleo. Los vaivenes son permanentes.

El ataque israelí a las instalaciones nucleares iraníes, el día el 13 de junio, originó una guerra de 12 días, que afectó seriamente los mercados del mundo.

A lo largo de esos días, el precio del crudo Brent llegó a superar el nivel de USD 80 por barril. En medio de todo ello, el golpe dado por EE.UU. a las plantas nucleares, que sorprendió a las autoridades de Irán, fue durísimo.

Luego de este proceso bélico los precios del crudo cayeron a USD 65 dólares por barril a partir de la declaración de EE.UU. sobre el alto el fuego, entre Israel e Irán.

En el cuadro que sigue se nota claramente la caída abrupta, a partir del 22 de junio pasado.

La baja del precio de la semana pasada es la mayor reducción semanal en más de dos años. Y no solo responde al alto el fuego sino, también, a la posibilidad de que la OPEP+ aumente aún más su producción de petróleo.

Así las cosas, es válido concluir que la caída en el precio de la soja ha tenido como disparador al precio del petróleo.

Pero hay que tomar los datos con cuidado. Es que Irán duda de que el alto el fuego vaya a durar.

De hecho, ya ha advertido que habrá represalias en caso de que se reanudan los ataques.
Por si todo ello no fuese suficiente para voltear el ánimo, ya empieza a correr el viejo esquema de derechos de expropiación. Perdón… de exportación.