Fue un mal día, este lunes, en Chicago.

La soja y los subproductos cerraron con precios más reducidos.

Si bien ésta no es una buena noticia, tampoco deberíamos caer en un cuadro de escepticismo.

Los precios son bajos, no hay duda. Sin embargo, es posible que levanten, a pesar del avance de la cosecha en Brasil y del inicio de la trilla en la Argentina.

Parece lógico el comportamiento registrado este lunes. ¿Por qué?

Veamos… Después de varias jornadas en alza, hubo una toma de ganancias por parte de los inversores.

Además, el avance de la trilla en Brasil incentiva las bajas, algo que, en el muy corto plazo, podría acentuarse por el comienzo de la cosecha en la Argentina.

Según AgRural el avance de la cosecha ya se aproxima al 65%.

Instituto Mato-Grossense de Economía Agropecuaria (IMEA), el viernes pasado, informó que la cosecha en Mato Grosso era del 95,60% del área apta.

Vale destacar el comportamiento de los precios de la soja de los días anteriores a este lunes, algo que podría indicar un futuro más alentador.

Algo muy destacable: la suba se ha dado en forma consistente. Es decir que las mejoras fueron diarias y constantes.

Seguramente, la evolución favorable de estos precios se apoyó en la firmeza del combustible fósil con precios en suba. Porque el mercado climático en EE.UU. todavía está lejos.

Los precios mejoraron y las perspectivas parecen buenas para los valores del petróleo.

La Agencia Internacional de Energía elevó su pronóstico respecto a la demanda mundial de petróleo para 2024 a 1,3 M de barriles por día desde 1,2 M, y su previsión nos habla, en lugar de un superávit, de un ligero déficit este año,

En lo que va de este año, el crudo lleva un incremento del 14%.

El cuadro que sigue (precios del petróleo Brent) muestra como ha ido subiendo.

En cuanto a la economía local, a pesar de todo, hay indicadores positivos.

El principal se basa en la disciplina cambiaria. Además, la inflación evoluciona en baja, de una manera que no se aguardaba.

Desde la devaluación, que llevó al dólar a un nivel de $800, la depreciación del peso se ha mantenido en alrededor un 2% mensual.

El cuello de botella, ahora, está en la pérdida de competitividad, desde esa fecha al presente, puesto que, por la inflación sufrida, el valor de $800, hoy, en términos reales, se aproxima a $520.

Cuando los camiones entren a los campos, comenzará la pulseada entre oferentes y compradores.

Porque si actualmente el tipo de cambio es similar a $520 de mediados de diciembre, a mediados de abril será de aproximadamente $450. Claramente no es un nivel atractivo.

El tipo de cambio no comparece con la necesidad de dólares, en un cuadro de fuertísima carga impositiva para el productor.

Y si por si ello no fuera suficiente, el mercado internacional patea en contra, con una caída de USD110. Hace un año, el precio era de USD400 y ahora apenas llega a USD290.

Más que un aluvión, al menos por ahora, habría que aguardar una acequia de dólares.