Al analizar el mercado de la soja, se aprecia que existen dos esferas al respecto.

Una es la del mundo, que está determinada por distintas fuerzas del mercado propiamente dicho.

Y la otra es la de nuestro país, que no se encuentra propiamente determinada por las fuerzas del mercado. Porque el Estado sigue avanzando sobre éstas.

Empecemos con el mundo…

La primera rueda de esta semana se movió en camino ascendente para los precios de la soja en Chicago.

También, hubo visibles subas en los precios del aceite y la harina: la posición mayo de estos productos aumentó USD 20,06 y USD 6,61 respectivamente.

Vamos tratar de ver porqué.

La implementación del dólar soja 3 en la Argentina no llegó a impactar sobre los precios internacionales como se había llegado a estimar, pues claramente las ventas logradas en este país, hasta la fecha, han sido limitadas.

Los agentes del mercado sojero global interpretan que esta política no ha logrado demasiado éxito. Al menos, hasta la fecha; e intuyen que los logros van a ser menores a las optimistas estimaciones del Gobierno argentino.

Otro factor de mejoras viene dada por la apreciación del real frente al dólar. A consecuencia de ello, la oleaginosa brasileña pierde competitividad y, por tanto, se reduce el interés por vender.

Un dato interesante proviene de la consultora Datagro. El promedio histórico de ventas de los agricultores brasileños, para este momento del año, se mueve en torno al 60%.

Y ahora se habría vendido cerca del 43% de la cosecha. Se trata de un porcentaje menor incluso al de igual fecha del año 2022. La retracción en las ventas por parte de Brasil es visible.

Además el clima en EE.UU. está preocupando. Para el Medio Oeste, los pronósticos hablan de temperaturas más bajas del nivel usual, con probabilidad de heladas.

Los precios, por condiciones climáticas adversas para las labores de siembra en el Medio Oeste afectan, fundamentalmente, al maíz, pero también, de alguna forma, a la soja.

Respecto al mediano plazo, los nubarrones crecen.

La oferta mundial podría crecer. La amenaza brasileña no se detiene. Hay un gran protagonismo productor y exportador de Brasil.

La demanda mundial de soja, además, parece dirigirse por un camino declinante.

Últimamente China muestra una intención de reducir la aplicación de harina de soja en sus en los alimentos balanceados para animales.

Si vamos a nuestro país, el nivel de incertidumbre se acentúa exponencialmente.

El mercado local está presionado por fuerzas ajenas e intereses sectoriales.

El actual programa dólar soja poco éxito muestra en relación a los dos programas anteriores.

Este lunes, aportó USD 154 millones. En consecuencia el Banco Central terminó la rueda con compras por USD 73 millones en el mercado. La cifra está por debajo de lo que esperaba el Gobierno.

No está del todo mal, pero tampoco muy bien.

El viernes pasado el complejo de la soja logró el ingreso de USD 96 millones. Y en toda la semana, solo USD 861 millones (tres días).

¿Un fracaso? No está claro el cuadro. Pero es obvio que el tipo de cambio de $300 no consigue atraer demasiado a los tenedores de soja.

Un año atrás, el precio llegaba a $ 51.000 la tonelada. Ahora con dólar soja, es difícil superar el monto de $ 100.000. Y la inflación estuvo en alrededor del 100%.

De hecho, este lunes, las propuestas se sostuvieron en valores de $100.000 tanto por la oleaginosa con entrega como para las fijaciones.

Parece que solo vende el que necesita dinero con premura, los otros aguardan.

Aunque los precios no consiguieron pasar el nivel de $105.000 por tonelada, el sector exportador espera una liquidación de alrededor de USD 1.500 millones a lo largo de la semana.

¿Hay excesivo optimismo? Para abril, se contempla la entrada de entre USD 2.500 y USD3.000 millones. Para finalmente, con el aporte mayo, superar el nivel de USD 5.000 millones

La sequía ha sido dura. Y los bolsillos no están para nada llenos.

La realidad es que el total de exportaciones del complejo bajarán cerca USD 22.000 millones. Entonces, resulta lógico estimar una caída en la recaudación impositiva fiscal del orden de USD 6.500 millones.

Las condiciones, así, son ideales para que la tasa inflacionaria aumente más aún. Y la brecha con el dólar oficial crezca. Sobre todo por el mayor grado de emisión monetaria al que habrá que recurrir por el propio programa dólar soja 3.

Este lunes fue complejo: la Unión de Recibidores de Granos y Anexos de la República Argentina (URGARA), realizó una medida de fuerza por 24hs. El funcionamiento de los puertos exportadores del país, especialmente en la zona del Gran Rosario se complicó.

Esto lleva a pensar que en el futuro próximo, dado el cuadro económico y social, hay nuevas medidas que obstaculicen las exportaciones.

El panorama no es halagüeño. Pero, al menos, hay una buena noticia. La Niña ha muerto y parece que llega el Niño.