El enfriamiento de las aguas superficiales ha sido persistente, validando los pronósticos que anticipaban la continuidad del fenómeno La Niña. Esto sumado a otros indicadores de escala planetaria que atenúan la actividad de la atmosfera media sobre el sudeste de Sudamérica, instala un patrón que aún no muestra señales positivas de cambio hacia una normalización de la oferta de agua.

Este persistente patrón de anomalías negativas de las aguas superficiales del Pacifico Ecuatorial, ha tenido sus variantes, incluso por momentos se ha alcanzado la neutralidad. Pero, en particular, las últimas tres primaveras han sido hostigadas por la presencia de este fenómeno. La circulación atmosférica tiene una importante señal negativa, con un impacto definido sobre las lluvias dentro de este trimestre. Hasta el momento, este impacto había dejado excepciones muy favorables en el Paraguay y el centro norte de la Mesopotamia, pero el mes de noviembre, esta excepción se retrajo, haciendo más amplia la zona donde la oferta de agua se vio apocada en forma significativa.

No hay una respuesta positiva de los pronósticos. Incluso durante enero el evento frío se sostendría sin mayores cambios. Sin embargo es razonable esperar una mejora en el comportamiento de las precipitaciones durante el próximo mes, tal cual como sucediera el año pasado ante el mismo contexto.

Sobre el Atlántico se va homogenizando una anomalía cálida. La misma es más eficiente en su influencia sobre el continente cuando toma las zonas más cercanas a las costas uruguayas y brasileñas. Esta anomalía puede evolucionar en ese sentido y es una herramienta que puede servir para avanzar sobre el verano con una mejora en las precipitaciones.

La clave para el desarrollo del trimestre de verano estará en un posicionamiento más favorable del sistema de alta presión. Mientras que el fenómeno La Niña, tiene variaciones muy lentas con el transcurso de los meses, la dinámica del sistema de alta presión es mucho más ágil y un corrimiento hacia el este, saliendo del área continental puede ayudar a mitigar el efecto negativo que induce el enfriamiento del Pacífico. En la actualidad tanto la escala planetaria como la regional imponen un escenario negativo.

Se espera que las condiciones veraniegas que se vienen mostrando desde la última parte de noviembre, tiendan a imponerse en esta primera quincena de diciembre. Esta dinámica de adelantamiento del calor puede redundar en un mayor nivel de actividad en la segunda década del mes o en la segunda quincena, donde se consolidarían los mejores sistemas precipitantes de este cierre de año.

Por cómo se vienen dando las situaciones de mayor inestabilidad en esta última parte de la primavera, es posible que durante diciembre y posiblemente la primera parte de enero, sigamos observando mejores precipitaciones en corredores que descienden desde el sur del NOA por el oeste de CB, hasta el sudoeste bonaerense, incluyendo LP. La franja este por lo pronto tiene que lidiar con la presencia estabilizadora del Anticiclón. Las provincias de ER, SF y el noreste de BA, posiblemente sigan llevándose la peor parte de la oferta de agua. Las ondas frontales progresan poco y mal sobre el centro este, esto se traduce en lluvias escasas. El sudeste de BA podría lograr acoplarse a un comportamiento menos deficitario, pero en general se espera que llueva un mejor ritmo de lluvias hacia el sudoeste y el sur de LP, quizá también noreste de la Patagonia.

Hacia el NEA y el centro norte de la Mesopotamia, las condiciones parecen depender enteramente de lo que pueda suceder con las tormentas convectivas, dado que por lo antedicho es poco probable que los frentes lleguen hasta este sector del país con una dinámica productiva. En el norte de Corrientes y Misiones, el bimestre septiembre octubre, fue muy bueno, con lluvias que se independizaron de los pasajes frontales, Las mismas pueden reaparecer.

CONCLUSIONES

De acuerdo al diagnóstico climático del último período y al análisis de los principales indicadores de escala global y regional, proyectamos el siguiente comportamiento pluvial y térmico para el próximo bimestre:

1. Los modelos de pronóstico del indicador ENSO se mantienen firmes en la posición Niña durante lo que resta de diciembre y enero. Estadísticamente podemos asignar menor presión de La Niña sobre el patrón pluvial durante enero, pero la escala regional también deberá aportar algo positivo. Por lo pronto la escala regional desfavorece el centro este noreste del país.

2. Estas circunstancias, definen un marco negativo para el cierre del año y la transición interanual, aunque se pueden dar situaciones compensatorias promovidas por la escala regional que se irán definiendo oportunamente, en periodos de tiempo más cortos. Como decíamos, mejoras que son más probables para el oeste.

3. A nivel institucional (SMN-IRI-CPTEC-NOAA), son comunes las previsiones con mala performance pluvial para el trimestre Diciembre-Febrero, también con una proyección de temperaturas por encima de los valores normales.